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OPINIÓN - DOMINGO, 14 DE FEBRERO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Alí y Aróstegui son políticos inoportunos
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Muchos políticos tienen ganada fama de hacer uso y abuso del oportunismo. Que es, según reza en el diccionario, “Actitud de acomodación a las circunstancias para obtener provecho de ellas, sacrificando más o menos los propios principios”. Los oportunistas han de tener además muy poca memoria o padecer de amnesia. Para no sentir ningún tipo de vergüenza cuando deciden actuar.

Pero para ser oportunista es necesario también saber más que los ratones colorados o tener buen bajío. Y, desde luego, el oportunismo político ha de ser asimismo una dote del carácter de quien está dispuesto a practicarlo en cuanto ve una posibilidad de sacarle rédito a cualquier asunto.

Es verdad que tampoco es fácil presentarse en los sitios en el momento justo o actuar de manera conveniente. Tener el don de la oportunidad es una cualidad fundamental en la vida. Lo contrario, en cambio, no deja de ser un lastre que se termina pagando con meteduras de pata que pueden arruinar un negocio, una carrera, una honra, o tirando por tierra la labor magnífica desarrollada durante muchos años.

Las personas que son inoportunas se quedan, normalmente, a mitad de camino. Casi todas las actuaciones de Juan Luis Aróstegui en la vida pública, por ejemplo, son inoportunas. Y, aunque parezca una contradicción, son así porque su tan cacareado oportunismo profesional no consigue que nadie se deje engañar por la demagogia de sus promesas electorales ni, mucho menos, por sus discursos tan farragosos como preñados de una cursilería que en Cádiz sería motivo de cachondeo carnavalesco.

La última metedura de pata del secretario general de CCOO está siendo la de alentar a unas criaturas necesitadas de trabajo para que se manifiesten, todos los días, en la plaza de los Reyes o en la de África. Cortando la circulación y procurando que los sonidos de la algarada lleguen hasta Gibraltar.

Un error con fines políticos que terminará redundando no sólo en su contra, la de Aróstegui, sino que acabará salpicando, en mayor o menor medida, a Mohamed Alí. (¡Vaya momento que ha tenido el líder de la UDCE para volver a anunciar una posible coalición con el PSPC!; esta decisión, sin duda, entra dentro de las consideradas como inoportunas.)

Quizá por ello, no hay una sin dos ni dos sin tres, por ser generoso con MA, éste haya medido mal los tiempos, días atrás, al salir a la palestra anunciando a bombo y platillo que su partido pediría la Medalla de Oro de la Ciudad para Mustafa Mizzian. Cuando éste estaba aún como estaba...

Y no sólo le han dicho que no los más cercanos a quien fuera líder generoso del PDSC, sino que ha conseguido con su propuesta inoportuna estimular a los componentes de la ejecutiva de este partido para que empiecen a funcionar a toda pastilla. Y ojalá que amén de conseguir que el complejo polifuncional de ‘El Príncipe Alfonso’ se rotule con el nombre de Mustafa Mizzian, sean capaces además de reverdecer laureles en política. Que es a lo que aspiraba a cada paso el hombre que fundó el partido. Quien, cuando el GIL, dio muestras palpables de que el oportunismo no formaba parte de su carácter. Toda una lección. (Vicente Álvarez Navarro y Asencio Fernández Román son aspirantes indiscutibles al Premio Nobel de la Paz (!). Enhorabuena a los dos.)
 

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