El próximo sábado en el Siete
Colinas, a falta de un teatro en condiciones, se celebrará
el concurso de comparsas y chirigotas, que si mi memoria no
me falla, porque ya empiezan a patinarme algunas neuronas, a
otros le patinan la totalidad de las mismas, en ese concurso
van a participar cuatro comparsas y cuatro chirigotas.
Este año de gracia, donde algunos pensionistas tienen menos
poder adquisitivo, no estarán sobre el escenario la
chirigota de los Pérez ni el cuarteto, cosa a lamentar
puestos que, ambas dos, son esperadas con expectación por el
público. Sin embargo, vuelven algunos carnavaleros, que
durante muchos años han estado alejados del escenario con
sus comparsas o chirigotas, es el caso de Pacorro.
Otros carnavaleros, desgraciadamente, por razones que no
vienen al caso, todas muy respetables, no volverán jamás a
subirse al escenario del Siete Colina, para participar en el
concurso de comparsas y chirigotas.
Sin lugar a dudas, con el paso de los años, hemos ido
ganando en calidad, pero hemos ido perdiendo en cantidad.
Hay varias razones para ello. Una que, indiscutiblemente,
los años van dando experiencias que van limando los posibles
fallos que hemos estado cometiendo en cuanto a letras y
música, adquiriendo un mayor conocimiento de las mismas, que
han mejorado muy mucho la calidad de las comparsas y
chirigotas de nuestros carnavales.
La otra, la que he defendido siempre que se debería haber
continuado, ha sido la desaparición de las comparsas y
chirigotas juveniles pues ahí, en ella, estaba la semilla
que debería reemplazar a los que por su edad o por falta de
ganas se fueran alejando de participar en estos concursos.
Cuando sin el menor conocimiento, no sólo de los carnavales,
si no de casi todas las cosas, llega alguien que quiere, en
ese desconocimiento imponer sus deseos sobre el resto la
cosa, está más que demostrada se va al garete.
Como la garete se fue, con su llegada, todo el esfuerzo de
aquellos pioneros de los carnavales que hicieron, de los
mismos, la mayor participación jamás conocida hasta ahora.
Fueron años de duro trabajo, donde cada uno de los
participantes trataba de poner, al servicio de los
carnavales, lo mejor de ellos mismos sin regatear esfuerzo.
Y eso esfuerzos por levantar unos carnavales que habían
desaparecido de nuestra tierra, dieron su fruto con la
participación de numerosas comparsas y chirigotas incluidas
las de los chavales, y el gran “pelotazo”, la cabalgata de
los carnavales, donde nunca se supo donde empezaba y donde
terminaba, con el todo Ceuta disfrazado tirado a la calle
uniéndose a la cabalgata.
Aquel éxito se fue marchitando con la llegada de quien todo
lo sabía, sin saber de nada y menos mal, que cundo se marchó
dejando el carnaval hecho un desastre el personal, de nuevo,
decidió salir a la calle acompañando nuestra cabalgata.
Mucho trabajo está costando volver a tiempos pasados, pero
con la ayuda de todos, nuestro carnaval volverá a recuperar
lo que la incompetencia del personal dejó bajo mínimos.
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