El suelo del centro de la ciudad se está convirtiendo en una
pista de patinaje cuando llueve. Y es que, las baldosas
verdes y rojas situadas en las principales calles de la urbe
están provocando la queja de muchos vecinos que aseguran que
intentan evitar esas zonas por miedo a caerse y hacerse
daño. Desde Acemsa se asegura que el tema se va a tratar
para convertir la piedra en un suelo más “adherente”.
Las lluvias están provocando ‘resbalones’ inesperados en
muchas de las calles de Ceuta. Sobre todo en el centro, más
concretamente en calles como el paseo del Revellín y Delgado
Serrano, la calle Real, Antíoco, Solís o Millán Astray, que
están decoradas con unas “bonitas, pero peligrosas”,
baldosas rojas y verdes.
Una vecina de la zona se quejaba de la situación: “No se
puede andar un paso cuando llueve sin miedo a resbalarte.
Hay que ir con los cinco sentidos porque a la mínima te
puedes caer”. Otro de los vecinos que pasea por la zona se
queja de que “no es normal que no pongan baldosas que no
resbalen. Si quieren que nos matemos, lo van a conseguir...
y encima con las cuestas que hay en esta ciudad”, comenta
irónicamente.
Por su parte, la presidenta de la asociación de vecinos de
la zona centro, Blanca Vallejo, asegura que sí ha habido
numerosas quejas, y “sólo hay que ver que las baldosas
verdes y rojas resbalan. Cuando comiencen las reuniones de
las barriadas, entre los apuntes que llevaremos, incluiremos
esta queja”.
Las baldosas llevan poco tiempo colocadas pero cada vez que
llueve, “temblamos”, comenta una de las jóvenes que pasea
por el Revellín. Un problema añadido tienen las personas
discapacitadas: “Con la silla de ruedas todavía es más
complicado. Hay veces que evito salir por si acaso”.
Por su parte, uno de los ingenieros de Acemsa que está
trabajando en la colocación de las baldosas rojas de la zona
de Antíoco, Solís y Millán Astray, asegura que el problema
“no es el material, es el tratamiento. La cuestión es que la
piedra se trajo así y lo que ahora vamos a hacer va a ser
darle un tratamiento a base de un producto químico que lo
que hará es descomponer parte del material y se crearán así
mayor número de poros y por lo tanto, mayor adherencia”.
El trabajo comenzará cuando finalicen las lluvias y la
piedra esté totalmente seca, ya que, según el ingeniero, “es
necesario que la piedra esté seca para que el producto que
se le va a aplicar no se diluya con el agua o la humedad que
contenga la propia piedra”.
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