La cuerda se ha vuelto a romper por la parte más débil y
como en el Ceuta su directiva no tenía que ser original, en
absoluto, ha hecho lo que hubieran hecho el 90% de equipos
en este caso
La directiva del Ceuta ha decidido cargarse al entrenador
para que los pocos espectadores que van al campo de fútbol
los domingos que juega el Ceuta no vuelvan la mirada y el
abucheo hacia el palco. El miedo es libre y cada uno tiene
lo que quiere.
Se veía venir
El mes de enero, especialmente tras la derrota del Ceuta en
Melilla, no ha sido nada bueno para Carlos Orúe que,
incluso, habiendo sacado los partidos de casa y alguno de
fuera, incluso habiendo goleado en Alfonso Murube, aunque
fuera al colista Jerez, tuvo que soportar y oír
insistentemente esa cantinela, varias veces repetida de:”Orúe
vete ya”.
A nadie se le oculta que en la grada el entrenador no tenía
simpatías en ciertos sectores, especialmente en los últimos
tiempos, y tras los descartes del mercado de invierno, en
los que, naturalmente, algo habrá tenido que decir, hubo
quien le puso en el disparadero hasta que ha terminado
saliendo, casi un año después de haber vuelto a Ceuta para
suplir al anterior entrenador, Benigno Sánchez.
La “maleta de ruedas” la trajo Carlos Orúe y cualquier
entrenador, aquí o fuera, la tiene siempre dispuesta, aunque
no sea toda la culpa del propio entrenador, ni mucho menos,
de los malos resultados.
Los jugadores de “rositas”
Antes que el entrenador, tendrían que haber salido, además
de algunos que ya se fueron, otros que se han quedado y que
parece que tienen “bula” para vivir “la noche de Ceuta”,
aunque luego no puedan con las botas sobre el terreno de
juego, y el domingo vimos parte de eso, a lo largo del
encuentros frente el Betis B.
Si ahora, tras “haber cortado la cabeza” del técnico, se
deja que sigan haciendo lo que quieran algunos de los
jugadores, por las noches hasta altas horas de la madrugada
y si se tolera su falta de rendimiento los domingos sobre el
césped, es que o no se sabe por donde se va, o es que están
jugando a algo tan peligroso como no ver lo que de verdad
rodea al equipo.
No se me oculta que los jugadores son jóvenes y que están en
mejor situación que otros jóvenes de su edad, al menos en
cuanto al sueldo, pero tampoco debe ocultársele a nadie y
menos a la directiva, que los jóvenes de Ceuta o de mi
pueblo que tienen trabajo cobran de su empresa y de las
ganancias de esta, mientras que los jugadores del Ceuta
están cobrando del Ceuta al que la Ciudad, o todos los que
pagamos impuestos, estamos subvencionando.
En la primera batalla el perdedor ha sido Carlos Orúe, la
guerra ya veremos quien la gana, porque lo que no debe
olvidar el palco es que ya el pasado año, casi a finales de
temporada, un grupo, aunque no muy numeroso, miró y más que
miró hacia allá.
Otro coste que no estaba programado
Y ya hay más de uno. Jugadores a los que hay que pagar y no
van a estar jugando. Fichajes para dar el último tirón a ver
lo que sale, y ahora un nuevo compromiso, que no va a ser el
más barato.
No sé si un día se va a llegar a decir lo que realmente ha
costado el equipo este año, pero tirando de un lado y
volviendo a tirar del otro, de lo programado inicialmente a
lo gastado al final tiene que haber una buena diferencia, lo
que indica que no hay rigurosidad a la hora de manejar unos
dineros que no son producidos por el club, sino que son
“regalados” y nunca mejor dicho, desde la “santa casa madre”
o, incluso, desde entidades cercanas a ella.
Y de esto no tienen la culpa ni los jugadores que han venido
nuevos, ni el técnico que llega para sustituir a Carlos Orúe,
de esto los responsables son los dirigentes del club, que no
reforzaron el equipo en su día para ser competitivo de
verdad o cuando han visto lo que hay han procurado salvar su
piel, antes que nada, cueste lo que cueste, con la
particularidad de que se acaba de reforzar el equipo a gusto
del entrenador, y ahora se cambia de entrenador. Es el
despelote.
De los jugadores que han sido baja ahora, alguno lo tendría
que haber sido en el verano. El entrenador si es que valía
al terminar la pasada temporada, también valdría ahora,
porque ni antes era muy risueño, ni ahora, precisamente
ahora, se ha vuelto más serio. Con lo que todo lo que le
puedan achacar ahora se lo podrían haber achacado antes y a
él no le hubiera faltado equipo, con lo que todos hubieran
quedado tan amigos.
El Ceuta de ayer a hoy
Y como hay desmemoriados, o para ser más finos, hay gente
que padece de amnesia, debemos decir que aquí además de
Carlos Orúe el otro que ha perdido credibilidad ha sido
Antonio García Gaona que fue el principal valedor, con todo
lo bueno y lo menos bueno que hubiera en ello, de Carlos
Orúe.
En la banda contraria, porque estamos en fútbol, y dentro de
la directiva hay quien se está frotando las manos, porque
ahora “su amigo” podrá traer si no a quien pensó en
principio, sí a otro de su cuerda. Es lo suyo en estos
casos.
Ahora bien, especialmente para esos que padecen de amnesia,
el equipo que deja Carlos Orúe queda en 5ª posición y con
los mismos puntos que el cuarto, mientras que el que él
cogió estaba mucho más bajo y más distanciado de los puestos
de play off.
Las situaciones son distintas y es que cuando llegó Carlos
Orúe faltaban nueve jornadas, si no estoy padeciendo yo
también de amnesia, y todos sabemos que para la “media
distancia” el técnico jerezano es de lo mejorcito, mientras
que cuando tiene que bregar toda la temporada con la misma
gente, como él no se hace el “grasioso”, hay a más de uno
que le llega a cansar, a molestar o a aburrir de tanto
insistir en hablar de fútbol y de tener el fútbol como plato
único, sin “copas” de entretenimiento.
A corto plazo el nuevo entrenador lo va a tener complicado,
porque viene una parte del calendario que no es la mejor,
pero a catorce encuentros vista, ya tendremos ocasión de
comentar si se ha dado en la diana, o si terminamos, otra
vez, con ese “casi”,pero sin llegar.
El primer toque y sin poder andar dándole muchas más vueltas
está este fin de semana en Granada, luego ya veremos.
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