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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 10 DE FEBRERO DE 2010

 

OPINIÓN / SNIPER

Salem, Mizzian y el diputado
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

En el espacio de pocos días Ceuta asiste impotente a la muerte de otro conocido dirigente musulmán, Mustafa Mizzian, con el que finalmente pudo una rápida e implacable enfermedad, siendo enterrado ayer con la asistencia también de las máximas autoridades políticas de la Ciudad Autónoma que, de este modo, quisieron manifestar su reconocimiento al veterano político cofundador del PDSC que, hace tres años, supo irse en silencio y con dignidad del escenario. Quizás convenga recordar que, en su momento, Mizzian y su grupo político de tres diputados contuvieron, al apoyar al Partido Popular, la avalancha oportunista del GIL, llevando por primera vez a la Asamblea la voz de la ciudadanía musulmana de Ceuta alcanzando con ello un histórico hito. Mustafá Mizzian falleció recibiendo toda la atención médica posible, al igual que el también líder musulmán y presidente de FEERI en la ciudad, Zadredín Abdelkader, “Salem” para sus amigos. Esta vez, sin embargo, cierta prensa del vecino país no ha aprovechado la dolorosa enfermedad de un ser humano para cargar, injusta y demagógicamente, contra España y los españoles de Ceuta al margen de su etnia, cultura y religión. Todavía siento vergüenza ajena al repasar lo publicado, en enero pasado, en un conocido semanario de la vecina ciudad de Tetuán, en el que se “denunciaba” lo siguiente: “Un rápido vistazo a Zadredín en la habitación 308 del Hospital de la Cruz Roja, acostado sobre una de las tres camas de una habitación no superior a los siete metros de longitud por cuatro de ancho, da la impresión de que estuviera detenido en un centro penitenciario como castigo por sus heroicidades en la defensa de Amir Al Moumenín (Emirato de los Creyentes, en referencia a Mohamed VI), en contra abiertamente de los partidarios del colonialismo en la ciudad ocupada”. Ya le vale escribir esto a un presunto periodista, arrojando por la borda los mínimos principios deontológicos de la profesión. Este demagogo e intoxicador, torpemente azuzado no hace falta que les diga por quienes, olvida la mínima objetividad obviando que cualquier ciudadano, usted o yo mismo amigo lector, habría sido hospitalizado en semejantes condiciones. Flaco favor le hace con ello al joven soberano Mohamed VI. Además, ¡qué “racismo” ni qué leches!.

Viene todo esto a colación sobre la atención sanitaria en Ceuta que, con la reciente inauguración del Hospital Universitario, ha dado un salto de gigante no solo en la calidad asistencial para los ciudadanos de esta ciudad, sino también en realidad para una numerosa comunidad marroquí que atraviesa el Tarajal para recibir, en la española Ceuta, la atención que se les niega en su propio país. En este contexto son más que oportunas las palabras del diputado nacional del Partido Popular, Francisco Antonio González, en una excelente entrevista publicada en la revista de esta casa, “Ceuta Siglo XXI”, en su número 29 de septiembre del año pasado. Extracto solo un párrafo que habla por sí solo, poniendo las cosas en su sitio: “Los ciudadanos del Norte de Marruecos colapsan nuestro servicio sanitario”. Cuando quieras, Andalusí, te paso la entrevista entera para que la comentes y traduzcas en el consejo de redacción de “Tamuda”, semanario tetuaní del que eres director, amigo.
 

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