La directiva de la AD Ceuta tomó el lunes la decisión de
destituir al que hasta ese momento era su técnico, Carlos
Orúe. Una decisión que, como reconoce su presidente, Felipe
Escane, “no se tomó por un único partido”, sino “por una
situación en general, y pensamos que era el mejor momento
para hacerlo”.
Escane, quien aseguró sólo poder decir “cosas buenas” de
Orúe, admitió que “aunque el equipo no se encuentra mal
deportivamente, cuando la situación no es la más idónea se
valoran muchas cosas, cómo se encuentran los jugadores, la
plantilla y muchas cosas más que son las que al final nos
han hecho por tomar la decisión de destituir al Orúe”.
Aunque quiso recalcar que “era una decisión que en parte ya
se había pensado”, el presidente del Ceuta aseguró que “es
cierto que la imagen que el equipo ofreció el domingo ante
el Betis B no es la de uno que lucha por los play off”,
viéndose en la obligación de “cambiar esas sensaciones”.
Aunque para Escane, Orúe no tiene toda la culpa de la
situación actual del equipo, el máximo mandatario de la
entidad blanca reconoció que “esto es como siempre; es
imposible que una plantilla de 22 jugadores pague los platos
rotos, mientras que es más fácil destituir a una única
persona que es, casi siempre, el entrenador”.
Aunque eran varios los nombres que tenía encima de la mesa,
la directiva decidió finalmente contratar a un entrenador
“joven” y “con muchas ganas”, como es José Diego Pastelero.
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