El presidente del Ejecutivo de Melilla, Juan José Imbroda,
considera que la situación económica de la Ciudad Autónoma
“es mucho más sana” que la del Gobierno central, fruto de la
“prudencia” con la que ha gestionado la Administración
melillense en los últimos diez años. En su opinión, si no
hubiera sido “prudente” desde que entró como presidente en
la Ciudad Autónoma, “esto hubiera reventado por algún sitio,
que es lo que está pasando en Madrid, que está reventando”
la situación económica con motivo de la crisis.
El presidente melillense quiso demostrar su “prudencia” en
la gestión económica de la ciudad con varios ejemplos. Uno
de ellos es la decisión de no incorporar todavía a los
Presupuestos de la Ciudad Autónoma los casi nueve millones
de euros que han correspondido a Melilla en el primer año
del nuevo sistema de financiación autonómica, que fue
aprobado a finales del año 2009.
En lugar de incorporar este dinero al Presupuesto para
empezar ya a gastarlo, el Gobierno local ha decidido esperar
a que haya “una generación de ingresos sobre 2010 para ver
cómo vamos”.
También recordó otras medidas que su Ejecutivo ha aplicado
en los últimos años siguiendo su “política de austeridad”,
como el recorte de consejerías y viceconsejerías en la
legislatura anterior, la limitación del gasto en los
teléfonos móviles corporativos y la congelación de sueldos
de los miembros del Gobierno. Sobre esta última medida,
recordó que éste es el tercer año que aplica.
Asimismo, destacó la supresión de derechos que le
corresponden como presidente de la Ciudad Autónoma,
empezando por su salario, ya que las retribuciones que
percibe mensualmente proceden de su escaño como senador.
“Soy el alcalde más barato que le ha costado a la ciudad”,
presumió Imbroda, que hizo hincapié en esta medida teniendo
en cuenta que “fundamentalmente trabajo más aquí que en el
Senado, como es lógico y comprensible”. De hecho, afirmó que
“el 95 por ciento de mi tiempo lo dedico a la ciudad, y el 5
por ciento, al Senado”.
Otro de los derechos o privilegios que le corresponden y que
ha suprimido es la tarjeta de crédito Visa Oro que suelen
tener los presidentes autonómicos y alcaldes “para invitar”,
algo que “yo no tengo, no sé si una vez al mes puedo invitar
a alguien”.
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