Por primera vez y tras varias visitas a la ciudad, los
autores del proyecto de construcción de la nueva y primera
Biblioteca del Estado en Ceuta tuvieron hace unos días la
oportunidad de conocer detalles de la vida cotidiana en el
medioevo ceutí, parte de cuyos vestigios se convertirá en un
museo dentro del edificio que han diseñado. Este recorrido
por la Ceuta del siglo XIV y, someramente, por el resto de
la rica historia que atesora el territorio, se hizo de la
mano de uno de los investigadores que mejor la conoce, el
arqueólogo de la Ciudad, Fernando Villada. En esta
entrevista, los arquitectos revelan cómo, sin pretenderlo,
tienen en la mezcla de arquitectura y arqueología una de sus
especializaciones.
Ángela García de Paredes (Madrid, 1958) e Ignacio García
Pedrosa (Madrid, 1957) conforman el estudio ‘Paredes+Pedrosa
Arquitectos’, ganador del concurso de ideas convocado en
2007 para la construcción de una Biblioteca pública de
titularidad estatal en Ceuta. Ambos son profesores de
Proyectos Arquitectónicos de la Escuela Técnica Superior de
Arquitectura de Madrid. Asociados desde el año 1990, se
dedican especialmente a concursos de obra pública para
edificios singulares relacionados con la cultura y también
al diseño urbano. Entre sus últimos proyectos figura el
cerramiento de la Villa romana de La Olmeda, en Palencia,
inaugurada oficialmente por la Reina Sofía el pasado mes de
noviembre. Además, son los creadores de otras dos
bibliotecas públicas, en Córdoba y Madrid. Otros de sus
primeros premios corresponden también al concurso Europan 2
(1991) y al madrileño Teatro Valle Inclán, de Lavapiés, por
el que recibieron además el Premio de Arquitectura Española
2007. Su proyecto del Museo Arqueológico de Almería, fue uno
de los dos finalistas del Premio Andalucía de Arquitectura
en 2008.
Pregunta.- En esta visita han podido conocer más detalles
del yacimiento arqueológico sobre el que han diseñado la
Biblioteca, entre ellos, la maqueta y la recreación que se
muestran en el Museo de la Basílica Tardorromana.
Ángela García de Paredes.- Sí, es la primera ocasión, pero
no el primer intento, porque ya hemos estado una vez en la
puerta, pero era un lunes y estaba cerrado. La verdad es que
yo estaba deseando entrar.
Ignacio Pedrosa.- Además hemos tenido suerte porque van a
clausurar pronto la exposición temporal [sobre la
alimentación en Ceuta en época meriní]. Es muy interesante
porque hemos podido ver lo que en la parcela está escondido.
En el solar sabemos que hay elementos arquitectónicos
equivalentes a los que aquí se pueden ver, que ahora tenemos
protegidos y escondidos. Una vez que la biblioteca esté
acabada y el edificio entre en funcionamiento ocurrirá algo
de lo que hemos visto en esta exposición, la de la
biblioteca será una visita al lugar donde está el
yacimiento, no es una reproducción, se va a poder visitar
digamos in situ.
P.- Ustedes tienen ya experiencia en este tipo de
trabajos, de integración de restos arqueológicos en
edificios, y de hecho son los autores del proyecto de la
Villa romana de La Olmeda, en Palencia...
Ángela García de Paredes.- La verdad es que sí, que nuestra
experiencia, también casi por una cuestión de azar, nuestro
trabajo como arquitectos se ha ido vinculando cada vez más
con trabajos de arqueología y más en el caso de La Olmeda,
que inauguró la Reina hace unos meses. Ahí es evidente,
porque en realidad se trata de la cubrición de un yacimiento
arqueológico completo, con mosaicos, 7.000 metros cuadrados
de cubierta..., y que es la musealización ahora mismo más
completa que hay en España de una villa romana. Pero también
en otros proyectos tenemos esta implicación de la
arqueología con la arquitectura, aquí en Ceuta es evidente
porque tenemos un yacimiento que va a pertenecer a la
Biblioteca y va a ser parte integrante del vestíbulo y, otra
vez, una musealización integral de un yacimiento. Pero hay
otros trabajos, en concreto, estamos trabajando ahora en uno
muy atractivo que es la Ciudad de la Justicia de Jaén;
precisamente ayer estuvimos con los políticos responsables
de este proyecto, en el cual se incorpora a este edificio
judicial, de oficinas, un yacimiento BIC [declarado Bien de
Interés Cultural] también hermosísimo, el de Marroquíes
Bajos, que queda convertido en un parque arqueológico, en un
centro de visitantes frente a los nuevos Juzgados de Jaén.
Yo creo que ahora tenemos arqueología prácticamente en todas
las cosas en las que estamos trabajando y es algo muy
atractivo.
P.- Comentaban en el lugar de la obra que el yacimiento,
al ser aterrazado, va a tener una perspectiva desde algunos
puntos muy distinta a la habitual en estos casos, que no
será algo plano situado bajo una superficie acristalada.
Ignacio Pedrosa.- Sí, eso hemos comentado, que tenemos la
suerte o la diferencia respecto a otros casos que son más
habituales y que se dan cuando se va a construir en una
ciudad un edificio, al excavar aparece un yacimiento y
cuando se respetan se integran básicamente en un sótano,
pero ahí la visita se hace un poco más triste, más oscura,
porque tienes que ir, digamos, a una bodega, una bodega que
alberga un yacimiento. El caso de Huerta Rufino es el
contrario, nosotros levantamos el edificio y lo ponemos
encima pero sin excavar nada, es decir, el edificio
arquitectónicamente acopla sus espacios para alojar con una
cierta generosidad este yacimiento. Ni siquiera es una
planta, son casi dos plantas y media el espacio que tiene,
la visita que se va a poder disfrutar de este yacimiento,
que como bien dice, es aterrazado, es decir, que coge una
presencia visual que permite interpretar muy bien la
continuidad que tenía con la topografía que existe
alrededor, una gran caída en la ladera. Va a tener una
presencia, dentro del vestíbulo de la Biblioteca, muy
notable.
P.- En cuanto a las características del edificio, tanto
en relación con el enclave como con la luz, un elemento que
han destacado en su diseño, ¿qué subrayarían? ¿Ha cambiado
mucho el proyecto de ejecución respecto al que presentaron
en su momento al concurso de ideas?
Ángela García de Paredes.- No, no, el proyecto no ha
cambiado, se ha ajustado, evidentemente, cuando hemos
desarrollado el de ejecución. Yo creo que la característica
más importante es que es un edificio que crece en vertical,
precisamente por esa condición de albergar el yacimiento
arqueológico, que queda en varias plantas a doble y triple
altura. La biblioteca se levanta encima de este centro de
visitantes y yacimiento, crece hacia arriba y está
estructurada en vertical, con lo cual, las grandes salas de
lectura están arriba. Eso es una característica muy clara, y
otra es que no solamente se han apilado como si fueran
plantas, una encima de otra en los espacios, si no que el
espacio central de lectura, que es el corazón de la
biblioteca vuelve a ser otra vez un espacio de doble y
triple altura que está en alto, hacia arriba, y también con
mucho espacio. Creemos nosotros que el lujo de la
arquitectura son los metros cúbicos y en ese caso vuelven a
ser estos metros cúbicos el corazón de la biblioteca, que es
la sala de lectura. Entonces va a ser una biblioteca muy
espaciosa, aunque es muy compacta, pero que crece en altura.
P.- Las fachadas están constituidas, según las describen
en el proyecto, por una especie de celosía que “tamizará” la
luz del Mediterráneo, es decir, la que proviene de la bahía
sur de la ciudad. ¿Será también una biblioteca especialmente
luminosa?
Ángela García de Paredes.- Sí, claro, precisamente por esa
condición de crecer hacia arriba podemos abrir ventanales y
tener iluminación natural en todos los espacios de lectura y
en todas las salas, en la biblioteca infantil, en la
principal, arriba, en la zona donde estarían los despachos y
la zona de investigadores... Es una biblioteca que tiene luz
por las cuatro fachadas.
P.- ¿Qué es lo que creen que van a poder percibir los
ciudadanos precisamente de este aspecto exterior, qué
sensaciones? ¿Qué lugar va a ocupar en ese espacio del
Recinto Sur, cuya edificación se completará con este
inmueble?
Ignacio Pedrosa.- El edificio quiere mostrar una condición
un poco singular en el sentido que dices. Ahí acaba un poco
la construcción y nos encontramos con una zona
topograficamente natural. El edificio, en su propio
planteamiento tiene mucho que ver con un paisaje y con una
topografía, sus fachadas y su volumen se acoplan
directamente a la situación topográfica que tiene, no
mantiene en su aspecto visual la geometría horizontal de las
plantas, sino que se va retorciendo como se retuerce la
topografía. En realidad tiene esa circunstancia un poco...
casi de borde, que mitad es ciudad y mitad es paisaje, y yo
creo que la intención es plasmar esa idea topográfica, esa
especie de roca que tiene unos ojos que ya lo hacen más
reconocible como edificio, como una seña de identidad de
este edificio público importante.
P.- Los dos accesos [por la calles Manuel Olivencia y
Duarte] vienen también a remarcar esa condición de
adaptación a una orografía accidentada?
Ignacio Pedrosa.- Exactamente. Usa, y saca partido, creemos,
de la condición, en algunos casos una dificultad, que es esa
topografía. El edificio se va acoplando, y entonces se entra
por arriba, casi seis metros más alto que la planta inferior
de acceso de calle. Saca un poco partido a esa condición a
veces difícil para los arquitectos.
P.- ¿Qué les quedaría por decir respecto a esta obra?
Ignacio Pedrosa.- Pues nada más, que creemos que va a ser un
edificio importante para la ciudad, un equipamiento
importante.
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