El Informe sobre las Condiciones de vida de la población
pobre de Melilla presentado ayer por la Ciudad Autónoma
arroja una conclusión clara y es que la pobreza tiene rostro
de mujer. De hecho, el 22% de las mujeres cabeza de familia
son analfabetas totales, de ahí que sea uno de los sectores
más castigados por el desempleo, un problema, el paro, que
afecta a 3 de cada 4 familias en situación de pobreza. Otro
dato es que el índice de pobreza ha pasado del 42,7% al
27,8% por ciento en 15 años, y ello gracias "a la actuación
de los gobierno central y local" en estos años, como destacó
Daniel Conesa, portavoz del Ejecutivo melillense que además
clama por "un pacto social" en el que se impliquen todos los
sectores para acabar con esta lacra, la pobreza, que afecta
a casi veinte mil melillenses.
Carlos Rontomé, de la empresa Sociopolis, fue el encargado
de desgranar el resumen de las conclusiones del estudio que
sobre las Condiciones de vida de la población pobre de
Melilla se llevó a cabo entre los meses de septiembre y
octubre de 2009. Arroparon la presentación el consejero de
Economía, Daniel Conesa y la consejera de Bienestar Social,
Mª Antonia Garbín.
Conclusiones
La primera conclusión del informe es que, en comparación al
estudio que realizó Cáritas en 1995, se constata que el
número de personas pobres sobre el total de la población
melillense ha pasado de 27.130 (42,7%) a 19.875, un 27,8%.
De un total de 5.521 familias en situación de pobreza en
Melilla, el mayor número, unas 2.300, se da en el distrito
5: Cabrerizas, Barrio Colón, Batería Jota, Reina Regente,
Cañada de Hidum, Los Pinares, Hernández Cortés y Las
Palmeras. De cerca, con 1.665 le sigue el distrito 4 (Barrio
Hebreo, Tiro Nacional, Monte María Cristina, Canteras Carmen
y Horcas Coloradas), y el distrito 3 con 676 familias. Por
el contrario, el distrito uno (Centro, Medina Sidonia,
General Larrea y Ataque Seco) con 770 familias, es el que
menos residentes pobres cuenta.
De esas 5.521 familias pobres, 1.303 (23,6%) se encuentra en
situación de pobreza extrema al recibir una renta por
persona al mes de 146 euros. Otros 1.678 hogares, con
ingresos de entre 147 y 243 euros al mes por familia están
en pobreza grave. Otras 1.231 familias en pobreza moderada
reciben entre 244 y 340 euros al mes, y en precariedad
social, con 341 y 486 euros al mes, viven 1.308 familias.
Feminización
El autor de la encuesta dejó patente ayer que la
"feminización de la pobreza" es una realidad en nuestra
ciudad, y así lo demuestra el estudio cuando se habla del
perfil sociológico de las familias pobres y el nivel
educativo que se da en las mismas, en especial en los
cabezas de familia.
Como datos que corroboran esta afirmación está el que frente
a un 12,5% de cabezas de familia analfabetos absolutos, el
22% son mujeres, mientras que el 8,2% son hombres. En cuanto
a los que sólo saben leer y escribir, el 24,6% son mujeres y
el 23,8% hombres. Si hablamos de estudios primarios
completos, los hombres, en un 27% superan de lejos a las
mujeres, que no superan el 14,8%. Tan sólo el 1,5% de los
hombres, frente a ninguna mujer en estas familias pobres
cuenta con licenciatura o diplomatura universitaria.
Si hablamos sobre qué cuestiones son las que les impiden
progresar y salir de la pobreza, el 52,3% lo achaca a la
falta de trabajo; el 16,3% a la edad; y el 10,2% a la falta
de salud. Comparten una valoración del 5% cuestiones como
las carencias en materia educativa, la injusticia social, o
las deudas. Tan sólo el 0,3% lo achaca al barrio donde vive.
El estudio desvela asimismo, cuando se hablan de los
problemas graves que afectan de manera directa a las
familias pobres, que el 74,9%, es decir, 3 de cada 4 familia
encuestada, tiene algún miembro en paro laboral. El 12,6%,
ve como problema grave atender a algún anciano que necesita
atención residencial. Las drogas sólo preocupan al 5%.
El 55% de estas familias recibe algún tipo de prestación
social, y un 31% ninguna. El 67,7% de las familias en
pobreza extrema percibe una prestación social; un 64,3% en
las de pobreza grave; un 54,7% en las de pobreza moderada, y
un 87,9% en las de precariedad social. En las familias
situadas en el grupo de pobreza extrema, el 92% de los
ingresos mensuales que reciben se refieren no a pensiones,
sino a prestaciones de carácter social.
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