Uno, la verdad sea dicha de paso,
ni es político ni entiende de política auque, hoy día,
político puede ser cualquiera y entender de política
entienden hasta los gatos, pues es difícil que usted no
encuentre entre sus amistades quienes incluso se atrevan a
dar clase de política.
Aclarada la mencionada situación, de mis desconocimientos
políticos, lo que si puedo decir es que ante de tomar una
decisión, sea cual fuere, me da por pensar, además de
razonar, los pros y los contras que esa decisión me puede
aportar.
Por eso me cuenta un enorme trabajo entender, cuando las
mentes pensantes del Gobierno, toman una decisión que dura
menos que una pompa de jabón.
Viene esto al caso del “pensionazo” que ha durado menos que
un suspiro, dado que todas las fuerzas políticas y sociales
han arremetido, con todas su fuerzas, contra el mismo. Y
eso, naturalmente, ha llevado al Gobierno a decir donde dije
digo, digo Diego.
Según mi particular forma de ver las cosas, a la hora de
tomar una decisión, explicada en renglones anteriores, ante
de tomarla hay que sopesar los pros y los contras que esa
decisión puede tener, y más cuando esa decisión puede
afectar a millones de personas.
Veamos, se toma la decisión del “pensionazo”, alargando la
vida laboral hasta los sesenta y siete años, sin tener en
cuenta, por parte de esas mentes pensantes que, por
supuesto, deben ser mucho más inteligentes que el menda, si
todos los currantes pueden aguantar la llegada de esa edad
para jubilarse, teniendo en cuenta la labor que desarrolla
cada individuo o colectivos de individuos.
Cómo se considera, teniendo en cuenta el trabajo que
realizan, un albañil, un camarero, un minero o un labrador,
que pueden seguir trabajando hasta los sesenta y siete años.
Es qué hay alguien qué pueda pensar que un albañil se va a
subir con sesenta y siete años al andamio del quinto piso a
repellar la pared o que un camarero le va a servir, con toda
celeridad, a esa edad, por no hablar de la gente del campo o
de los mineros.
Por razonamientos lógicos, no hay que ser un genio del
asunto, ese “pensionazo” ajustado a todas esas profesiones y
algunas más que se me han podido olvidar, cae por su propio
peso. De ahí, que todas las fuerzas políticas y sociales,
hayan ido contra el mismo, obligando la Gobierno a retirarlo
en menos que canta un gallo.
Lo que no entiendo, porque soy duro de mollera, cómo es
posible que mentes a las que se les suponer un alto nivel de
conocimientos, cometan esa metedura de pata. Porque esto no
se le ocurre ni al que asó la manteca colora.
La cosa ha llegado a una situación que los sindicatos han
advertido al Gobierno, que ni se le ocurra seguir con el
asunto del “pensionazo, puesto que ello va contra los logros
alcanzados por los trabajadores e incluso han amenazado con
lanzarse a la calle, con lo que se acabaría la paz social
que hemos venido disfrutando hasta ahora.
Qué se necesita una reforma laboral, eso no lo discute
nadie, pero esa reforma se ha de consensuar con toda las
fuerzas políticas y sociales.
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