Considerando la capacidad de embalsar de los pantanos de
Ceuta y la producción de la desaladora, si se produjera la
circunstancia de que estuviera ocho o nueve meses sin llover
y sin que la planta desalinizadora tenga fallos mecánicos,
se llegaría indefectiblemente a la reserva estratégica
establecida por la Ciudad Autónoma de Ceuta, fijada en los
180.000 metros cúbicos.
Como continuó explicando el gerente de la empresa municipal
de aguas, Manuel Gómez Hoyos, este año tiene además el
condicionante especial de la construcción del quinto módulo
de la desaladora, lo cual va a requerir de una serie de
paradas más o menos programadas, pero en todo caso
necesarias, que van a provocar un descenso en la producción
de la misma. La finalización de las obras se estima para
diciembre de este año o enero del próximo.
Por otro lado, habría que introducir un coeficiente de
seguridad de cara a posibles incidencias de tipo técnico que
se pudieran dar en la desaladora, provocando del mismo modo
un descenso de la producción. Este cúmulo de circunstancias
llevan a la conclusión de hay que llegar al próximo 15 de
enero con el cien por cien de las reservas en los embalses
para garantizar todo el año el abastecimiento a la ciudad.
Cuando empiece a funcionar el quinto módulo ya no se
dependerá tanto de las fuentes naturales ni de la
pluviometría.
De todos modos, si continúan las lluvias a partir de ahora y
se mantienen los embalses al cien por cien de su capacidad
al inicio del estiaje, Acemsa no descarta, por cuestiones de
ahorro económico, paralizar uno o dos bastidores para
desembalsar el mínimo de agua posible y aprovechar al máximo
los recursos naturales.
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“La avería en la arteria de interconexión obligó el año
pasado a parar la producción de la desaladora”
Los responsables de Acemsa
justificaron la decisión del año pasado de parar la
producción de la desaladora, aun a pesar de que la escasez
de lluvias en otoño obligó a comprar agua y trasvasarla en
un barco aljibe desde Algeciras. “El problema el año pasado
es que al inicio del estiaje se disparó el consumo y se
detectó una avería en al arteria de abastecimiento situada
entre la calle Linares y el Paseo de al Marina Española”,
argumentó Manuel Gómez Hoyos. El gerente de la empresa de
aguas continuó explicando que entonces esta era la única
arteria de interconexión y que repararla sin echar mano de
los pantanos hubiera dejado a la ciudad veinte días sin
suministro, porque la nueva tubería no estuvo lista hasta
los meses de septiembre y octubre. “La avería en esta
arteria de desconexión provocaba una notoria pérdida de
agua. De esta manera, cuando se tomó la decisión de pararla
el rendimiento previsto de la desaladora había caído a los
20.500 metros cúbicos”, concluyó.
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