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OPINIÓN - JUEVES, 4 DE FEBRERO DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Padres agredidos
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Me quedo perplejo al ver en nuestra edición del pasado martes, día 2 de febrero, que once padres han denunciado agresiones de sus hijos entre 2008 y 2009.

Esto, se me ocurre, es la punta del iceberg, y el futuro, en este terreno, nos puede llevar a una situación de difícil retorno.

A lo largo de mi vida he tratado muchísimo con chavales jóvenes, 41 años de profesión en las aulas, sin una sola baja y sin una sola liberación, me han permitido conocer a varios miles de alumnos.

Ahora sigo en la brecha y si bien es cierto, como ya escribí en la última columna de 2009, que los alumnos que tengo este curso son de lo mejorcito que he tenido en estos 41 cursos, no menos cierto es que, uno que, de vez en cuando, tiene que ir por un pasillo, allí ve lo que en un centro, grande o pequeño, hay y naturalmente algunos de esos que “se atreven” a romperle la cara al padre, también se pueden atrever a cualquier otra cosa, cuando menos se espere.

Los padres, algunos de ellos, son los que ahora, antes que nadie, están soportando los resultados de la falsa progresía con todo derechos, sin que existieran los deberes, que ha pululado por buena parte de nuestro país, un país que si por algo se ha caracterizado siempre, ha sido por ir dando bandazos, sin encontrar el punto exacto de hasta donde se puede llegar y hasta donde no.

Es posible que esos padres que han denunciado las agresiones o los intentos de agresiones no hayan influido para nada, en su día, en alabar o en “mal confeccionar, una Ley del Menor que está ahí, que no ha favorecido a nadie y que está trayendo todos estos problemas y otros que no se denuncian”.

Los padres, muchos padres, son los que ahora soportan en sus carnes el comportamiento de sus hijos en casa, comportamiento que esos propios chavales tenían y tienen con personas mayores en su barrio o en los centros escolares.

Para muchos padres, sus hijos, si llegaba una nota de amonestación, simplemente, la culpa era de los profesores a los que se pagaba para que aguantaran a sus hijos. Y ahora, cuando el “nene” con 12 o 15 años se le ha subido a las barbas al padre o a la madre, el camino que les queda por recorrer es tan corto que, en muchas ocasiones, se quedan con el “sopapo” recibido y esperando que no se vuelva a repetir.

Aquellos polvos trajeron estos lodos. La televisión, para que el nene se entretuviera, privó a muchos chiquillos vivir de cerca lo que es la familia, y al correr el tiempo esos, antes niños y ahora jovencitos, no saben de verdad lo que es y lo que debe representar una familia, porque esa idea está y estuvo desfasada en su mundo, esa idea no entraba en el progreso de nuestros días.

Cuantas madres y padres han visto a sus hijos sólo un ratito al día y qué pocos han sido los que se sentaron con el chavalín a hacer los deberes del día siguiente. Eran más cómodas otras cosas, que cada vez, eran más amparadas por esa falsa progresía demagoga.

Así están las cosas hoy. Y esa idea de que el chaval esté en “la escuela” sea como sea, la viví ayer hace un año cuando al haber fallecido el director del IES “Siete Colinas” se habían cortado las clases del centro. La “mamá” de uno de los chavales al llegar a la puerta del instituto y ver que no había clase, aun sabiendo por qué era, el único sentimiento que tuvo fue:”pues ese no es motivo para que yo no pueda dejar hoy aquí al niño. Muchas personas se mueren todos los días y no por eso hay que dejar de dar clase”. Si se siembra mala simiente no se pueden recoger buenos frutos.
 

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