La batalla de la familia de Adán Rojas, el joven jugador del
Ciudad de Ceuta que cayó sin respiración tras golpearse con
un contricante en el Polideportivo Díaz Flor, por exigir
todas las responsabilidades pertinentes sobre los sucedido
continúa. El padre del joven cadete, Pedro Rojas, declaró
ayer a EL PUEBLO que piensa seguir adelante con la denuncia
interpuesta a pesar de la decisión de la Federación de
Fútbol de disponer personal de primeros auxilios en todos
los polideportivos.
La familia del joven jugador del Ciudad de Ceuta, Adán
Rojas, que sufrió el domingo 17 un accidente en un partido
con el San Agustín que estuvo a punto de costarle la vida,
asegura que continuará adelante con la denuncia interpuesta
ante la Policía Nacional, a pesar de la decisión de la
Federación de Fútbol de Ceuta de disponer personal de
primeros auxilios en todos los polideportivos de Ceuta donde
se celebran competiciones federadas.
“La federación dijo primero que no tenía nada que ver con la
ausencia de personal sanitario en los polideportivos pero
luego, a raíz del accidente sufrido por mi hijo, sí lo ha
puesto”, argumentó el padre del menor, Pedro Rojas.
El padre admitió que él mismo ha estado jugando al fútbol en
algunos polideportivos de la ciudad y en todos ha observado
la presencia de personal de primeros auxilios.
Sin embargo, continúa molesto porque nadie de la federación
se ha dirigido de manera oficial a él para darle
explicaciones de las medidas adoptadas para que situaciones
como las que ha padecido su hijo no se vuelvan a repetir.
Mientras tanto, el joven jugador del Ciudad de Ceuta
continúa en observación y está citado para el próximo 12 de
marzo para superar una nueva revisión médica.
Pedro Rojas explicó que su hijo había sido llamado ya para
participar en la selección subdieciséis para que continuará
con la práctica futbolística. “Le hemos dicho al entrenador
que no va a participar en más competiciones hasta que no
pase la revisión médica y el facultativo determine que no
corre ningún peligro por jugar”, continuó exponiendo el
padre.
Como se recordará, el joven jugador Adán Rojas estuvo a
punto de morir de asfixia cuando, tras impactar con un
defensa del equipo rival, cayó al suelo conmocionado, perdió
el conocimiento y se tragó la lengua, lo que obstaculizó la
llegada del oxígeno.
El joven pudo salvar la vida gracias a la intervención
espontánea de varios participantes y espectadores de la
competición, particularmente de un médico dentista, padre de
un jugador del San Agustín, que logró abrirle la boca para
que le regresara la respiración, hasta que vino la
ambulancia.
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