Multitudinaria despedida ayer de los restos de Zadredin
Abdelkader, a donde acudieron las primeras autoridades
civiles de la Ciudad Autónoma (Presidente y Delegado del
Gobierno) para rendir un último homenaje a quien se batió en
duelo contra todo lo que oliera en Ceuta a rigorista e
islamista
La mezquita de Sidi Embarek se llenó de familiares, amigos y
autoridades para despedir los restos del que fuera delegado
en Ceuta de la Federación Española de Entidades Religiosas
Islámicas (FEERI), Zadredin Abdelkader Salem quien fallecía
durante la madrugada del pasado día 1 despues de atravesar
una penosa enfermedad que le hizo mantenerse hospitalizado
durante las últimas seis semanas.
La comitiva partió a las 13’20 horas desde el domicilio de
su madre (era un deseo de él) y llegó con el paso, el ritmo
y los rezos tal y como es tradicional en los entierros
malikíes. Se trataba de invocar, una vez más, la prevalencia
de lo típico de la tierra y de esta región frente a lo que
se ha importado de otros lugares. Homenaje a ‘Sandro’ de
quienes seguirán enarbolando su bandera de aquí en adelante.
Homenaje
Un homenaje al que se unieron, además de familiares y
amigos, representantes de asociaciones musulmanas vinculadas
a la FEERI, la directiva de Luna Blanca y miembros tanto del
gabinete de Presidencia de la Ciudad Autónoma, como de la
Delegación del Gobierno en Ceuta encabezados por sus
titulares, Juan Vivas y José Fernández Chacón
respectivamente.
Después de la llamada al rezo y las oraciones en el interior
de la mezquita de Sidi Embarek, el ferétro fue cargado una
vez más a hombros por amigos y familiares quienes se
turnaban para llevar los restos de Zadredin (‘Sandro’) al
cementerio anexo para descansar junto a su padre (otro deseo
de él que cumplió su joven hermano).
El hijo del malogrado, de 14 años recibió el cariñoso pésame
tanto del presidente de Ceuta, como del representante del
Gobierno de España en la Ciudad Autónoma.
La sobria emoción del hombre musulmán sabedor de que Salem
ya se encuentra en el paraíso de Alá, es encomiable. A la
despedida de Salem acudieron musulmanes, pero también
cristianos. Fue un hombre bueno, de corazón, humilde,
orgulloso y valiente. Desde su posición como representante
en Ceuta de la FEERI cargó duro contra quienes esconden
espíritus intransigentes y radicales bajo el manto de un
islam impuesto desde el temor, con oscuros métodos de
financiación y peores objetivos.
Seguidores
Ya hay legión de seguidores de lo tradicional que confiesan
sumarse al legado de Zadredin Abdelkader Salem. Estuvieron
los que tenían que estar. El ‘amigo’ que no acudió, no se le
echó en falta, tampoco importa su explicación. No interesa.
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