El club social de la barriada de ‘El Sarchal’ lleva varios
años sin ser utilizado y está en ruinas, un problema con el
que convive Ana Porras, una jubilada que lleva 44 años
viviendo en la casa situada en la parte de abajo del local.
Los bancos no pueden proporcionarle un préstamo para acceder
a la casa que le ofreció Emvicesa en su momento y esperan
que desde el Ayuntamiento se actúe lo antes posible.
El club social de la barriada de ‘El Sarchal’ lleva varios
años en ruina, un problema que vive en primera persona una
de las vecinas, Ana Porras, que justamente tiene su casa
debajo del local: “Llevo cuarenta y cuatro años viviendo
aquí y el técnico del Ayuntamiento que visitó la casa además
de la Guardia Civil, me han dicho que aquí no se puede
vivir”.
Sin embargo, Ana es jubilada y, a pesar de que Emvicesa le
ofreciera una de las casas de la parte alta de la barriada,
ella “no puede hacer frente al gasto que supone”, afirma una
de sus hijas, Asunción. “El banco no le da el préstamo
porque es jubilada, nuestro padre murió el lunes pasado y
sólo le podían ofrecer el 80% de lo que costaba la casa de
Emvicesa”, continúa Asunción.
“No pedimos que le paguen otra casa, sino que hagan alguna
permuta a la que mi madre pueda acceder”, afirma el otro
hijo de Ana, Manuel.
Y es que, las lluvias de estos últimos días y el fuerte
viento no han hecho más que empeorar las cosas: “Se ha
inundado la casa varias veces y hay un pozo en la parte de
atrás en el que sólo hay ratas”, afirma desconsolada Ana.
La propiedad de la casa pertenecía en un principio a “los
militares, pero luego el dueño pasó a ser el Ayuntamiento.
Mis hijos han hablado con la Consejería de Fomento y les han
prometido soluciones, pero ¿para cuándo?”, dice Ana.
El edificio, declarado en ruina técnica, ha sido visitado
por técnicos del Ayuntamiento y también por el Departamento
de Bomberos de la ciudad. Lo único que pide esta familia es
que “nos arreglen esta situación, ya que así no se puede
vivir”.
La casa está llena de humedades y el techo corre peligro de
desprenderse de un momento a otro puesto que las
instalaciones del club social se caen a pedazos.
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