El Juzgado vivió ayer una de las escenas más rocambolescas
de los últimos días. Y es que un marroquí con permiso de
residencia protagonizó una fuga que durante unos minutos
mantuvo en jaque a los cuerpos de seguridad. El individuo
fue detenido en el puerto durante un control al señalar el
perro que llevaba droga. Al intentar comprobarlo el joven se
resistió por lo que fue detenido. Pero una vez en el Juzgado
y con las esposas puestas decidió darse a la fuga hasta que
fue alcanzado.
Un ciudadano con pasaporte marroquí y permiso de residencia
en España, protagonizó en el día de ayer una fuga de los
Juzgados, que aunque duró poco, mantuvo en tensión a la
Policía y Guardia Civil durante unos minutos.
La aventura comenzó al mediodía cuando el joven fue parado
en el puerto por la Guardia Civil en un control rutinario.
Al pasarle el perro, el marroquí intentó darse a la fuga e
incluso agredió a uno de los agentes que intentaron
reducirlo. Cuando finalmente es esposado lo llevan a las
dependencias de los Juzgados. Una vez allí lo conducen a la
segunda planta donde empezó a quejarse del dolor en una
pierna. Según fuentes de la Guardia Civil, “el detenido se
hizo el lesionado y comenzó a decir que le dolía una pierna
y que necesitaba atención médica pero antes de que
pudiéramos comprobar la veracidad de sus palabras, dio un
empujón a un compañero y salió a la carrera del Juzgado”.
Tras bajar por las escaleras arrolló a un civil que según la
Benemérita tuvo que ser atendido en el hospital a causa de
las lesiones que le causó el atropello. Luego, el detenido
siguió con su fuga y consiguió salir por la puerta del
Juzgado ante la mirada atónita de civiles y policías que en
esos momentos se encontraban en la planta baja del edificio.
Pero rápidamente, la Guardia Civil reaccionó y comenzaron a
perseguirlo por algunas calles del centro. El huido,
esposado y todo, pudo recorrer algunos cientos de metros
pero fue alcanzado a la altura de los sindicatos, en la
calle Fructuoso Miaja. Además de los guardias civiles que
salieron del Juzgado detrás de él, se unieron a la
persecución dos patrulleros de la Benemérita que
contribuyeron a la detención del individuo.
Una vez apresado fue conducido de nuevo a los Juzgados pero
esta vez se le llevó directamente a los calabozos porque
como era obvio, no tenía ningún tipo de lesión. Al cierre de
esta edición, fuentes de la Guardia Civil no han querido
revelar de momento las iniciales del detenido ni su edad.
Y es que aún continuaban las pesquisas para averiguar si el
coche en el que fue detenido por primera vez tenía algún
tipo de droga.
El perro encargado de realizar los controles marcó que había
droga en el vehículo, pero aún no se ha podido encontrar la
mercancía. Fuentes policiales no descartan que viniera de
hacer una entrega por lo que aún olería el vehículo a
estupefaciente.
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