La ciudad autónoma ha registrado un total de once denuncias
en los dos últimos años de padres que han sido víctimas de
agresiones por parte de sus hijos. En tres de los casos se
procedió al internamiento de los menores en el centro de
reforma de Punta Blanca mientras que en el resto, se
adoptaron medidas de conciliación entre los hijos y sus
familiares, según aseguraron desde la Fiscalía.
Casi once familias ceutíes han sufrido dentro de su núcleo
agresiones propiciadas por sus hijos, menores de edad; entre
hermanos, a los padres o el ambiente más próximo.
En 2007 no se había recibido denuncia alguna de padres que
manifestaran haber sido maltratados física o
psicológicamente por sus propios hijos pero la situación ha
cambiado entre los años 2008 y 2009. “Las dos primeras las
recibimos en 2008, mientras que en 2009 registramos unas
ocho o nueve, cuando en ejercicios anteriores no hemos
tenido constancia de estos hechos”, aseguraron desde
Fiscalía. Siguiendo una estadística general, cada semana se
está tratando de media un caso de padres que denuncian, por
primera vez, haber sido agredidos por sus hijos. La
existencia de este delito tiene que ver con el concepto de
autoridad al estimar que los propios padres no quieren
asumir que ellos deben decirle a sus hijos qué es lo que
tienen que hacer.
“Se empieza por las amenazas, luego la desobediencia y
terminan con agresiones, tanto físicas como psicológicas”,
aclaró el fiscal.
Las medidas adoptadas por la justicia en los dos últimos
años han ido desde el internamiento del agresor en el
reformatorio de Punta Blanca hasta el mantenimiento de una
libertad vigilada sobre el niño, pasando por un
internamiento en los llamados pisos de convivencia
existentes en la península en los que padres e hijos
intentan solucionar el problema.
De los casos que se han denunciado en Ceuta, “tres han
concluido con el internamiento en el centro de reforma de
Punta Blanca, ya que se trata de menores reincidentes;
mientras que en el resto, se adoptaron medidas de
conciliación. Nosotros lo que intentamos es que por las
buenas, los menores corrijan esas actitudes pero si vuelven
a reincidir, se aplican medidas más duras. Con la
conciliación se cita a ambas partes y, en presencia del
grupo técnico de menores, los agresores piden perdón a sus
padres. En algunos casos, estos deciden retirar la denuncia,
incluso”, puntualizaron desde el Ministerio público.
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