Tal como veo las cosas, eso de la
jubilación tiene su morbo.
Todavía ignoro si las decisiones del Gobierno acerca de
ampliar la edad laboral de las personas me afectan
directamente. En cuanto a retirar mi actual situación.
De momento sigo como hasta ahora, 32 días laborales al año,
esperando que no me hagan daño.
Lo malo es esa postura del ministro de Trabajo que alienta
una opción maldita: acortar la pensión de viudedad.
¿Las viudas deberán comer en albergues sociales a partir de
determinada edad? ¿Se quedarán en la calle ante la
imposibilidad de abonar los plazos de la prolongadísima
hipoteca que le dejó su difunto?
Apasionante incógnita dramática en el futuro.
Menos mal que ahora mismo la ministra Salgado explica que
los pensionistas de ahora no veremos afectada nuestra
pensión. ¿Los futuros sí?
Creo que sería un tremendo despropósito por parte del
Gobierno aumentar la edad de jubilación. ¿Cuánto tiempo le
quedaría al jubilado de 67 años para disfrutar de la vida
sin la losa del trabajo?
Otra medida tremenda es la de ubicar cementerios de residuos
nucleares que no dejarán, por ello, de ser radioactivos
residuos atómicos.
Es curioso que todos los pueblos candidatos a acoger tan
tremendo cementerio, sean de menos de 600 habitantes,
excepto Ascó (Catalunya).
Si no se muere de viejo, se morirá de virus radioactivos.
Como si todo fuera un juego del Monopoly. Ahora viene en que
la Comunidad Valenciana quiere mandar a tomar por culo a
numerosos vecinos, derribándoles las casas, por prolongar
una avenida urbana de la capital. El exabrupto es lógico.
Tengo familiares afectados.
Entre todo ese desbarajuste de la vida social, vemos que las
donaciones a Haití están alcanzando cotas que ningún otro
país ha recibido.
Mientras las bandas de delincuentes saqueadores lucen
palmito a sus anchas, en el país más pobre del mundo, los
pobres se quedan a dos velas.
Es un mal del que el mundo no se salva ni aquí ni en Pekín.
Las mafias campan a gusto sin ser molestadas por los
respectivos Gobiernos. Malo.
Tan mafiosos son los saqueadores como algunos voluntarios
sanitarios que cortan miembros de cuerpos humanos como si
aserraran tuberías y armados por más señas.
El terremoto habrá destruido muchas vidas, pero los propios
haitianos destruyen más. Les importa un pepino que uno esté
muriéndose si al lado encuentra algo de comer.
Entretanto, en Davos los prepotentes, que tienen como
denominador común el ser los dueños del dinero, andan
dándole vueltas a la noria de cómo salvar sus finanzas.
Cuando se encuentran los hombres de negocios solo serán
efectivos si hablan de sus propios negocios. El resto
-economía global, pobreza, etc.- sólo lo muestran cuando
salen en los medios de comunicación, que no comprometen a
nada. Todo eso tiene solución. Recomendaría que se fueran de
excursión nocturna a Sierra Nevada. Un paseo gélido a -20º
enfría mucho los ánimos del egoísmo.
Entre unas cosas y otras, me olvidé de acudir al Casinet,
donde me esperaban con necesidad algunos contertulios. Tal
vez sea un problema de escasez de ideas.
Si acudiera a la Casa de Ceuta en Barcelona tendría tertulia
segura, aunque muchos sean más papistas que el Papa. El
problema son los 60 kilómetros (ida y vuelta) que tendría
que tirarme cada vez que quiera acudir. Son sus buenos 10
euros entre gasolina y peajes.
|