LUNES. 25
Hay dos personas a las que no veo desde que ocurrió lo que
todos sabemos en el Partido Popular de Ceuta. Parece que se
las ha tragado la tierra. Así se expresa quien me acompaña
en la entretenida tarea de tomar el aperitivo, mientras
llueve a manta. Y a mí, como no podía ser de otra forma, se
me ocurre preguntarle por ellas. Y me responde que son
Juan Manuel Doncel y Benjamín Álvarez. Yo tampoco
consigo verlos desde principios de noviembre pasado. De ahí
que haya indagado por si acaso les hubiera pasado algo.
Pero, gracias a Dios, que es lo que se debe decir en estos
casos, me han informado de que ambos están la mar de bien
pero que han perdido las ganas de acudir a los sitios en los
que alternaban casi diariamente. O sea, que ya no se les ve
el pelo ni por el Hotel Tryp ni por ninguno de los bares
donde antes solían tomarse sus copichuelas. Y además
gustaban de entablar conversación y prestar oídos a cuanto
se dijera en tertulias improvisadas. Eso será, responde mi
interlocutor, porque habrán sentido en el alma la dimisión
de Pedro Gordillo. Y es que hay que ponerse en el sitio de
ellos. Amén de que estén saturados de trabajo. Si tú lo
dices...
MARTES. 26
Llueve lo suyo cuando me dirijo hacia ‘El Mentidero’ por
haber quedado allí con Luis Parrillas. De manera que
aun con paraguas llego mojado al lugar de encuentro. Y
coincido también con Jaime Wahnon. Presidente del
consejo de Administración de Radio Televisión Ceuta. De
quien debo decir que es un tipo estupendo a quien le he dado
la vara a veces por quedarse dormido en un pleno. Pero hoy,
teniendo como testigo a Parrillas, ese cordobés que no se
cansa de hacerle el artículo a Ceuta, por toda la península,
le he dicho que tengo de él la mejor impresión y que me
consta que es tío cojonudo. Y a Jaime se le ha iluminado el
semblante porque no esperaba mi reacción. Y a partir de ahí
hemos hablado de algunas anécdotas ocurridas hace ya
bastante años y que él recuerda como si hubiesen sido ayer.
La mejor es la que contó Jaime de cuando los dos estábamos
ante un juez de lo social por un asunto laboral. Y
oyéndosela narrar, con su acostumbrada cachaza en el decir,
tanto Parrillas como yo nos estuvimos riendo de lo lindo. Y
es que Jaime Wahnon, a la chita callando, es un cachondo de
mucho cuidado.
MIÉRCOLES. 27
Quedo con José Antonio Muñoz, editor de este
periódico, de cuya amistad me congratulo cada vez más, sin
que ella sea obstáculo para impedir que dialoguemos sobre
nuestros puntos de vista diferentes, para hablar en un bar
tranquilo donde tomar el aperitivo. Y, cuando estamos
ensalzados en una conversación acerca de cómo se hace
necesario que los periodistas de ‘El Pueblo de Ceuta’ sepan
entender lo que la empresa desea de ellos, aparece Guillermo
Martínez: consejero de Economía, Turismo y Empleo. Y, como
no podía ser de otra manera, nuestra conversación empieza a
discurrir ya por otros derroteros. Se habla de la Estación
Náutica. De los parados que ha puesto Juan Luis Aróstegui
frente al edificio municipal. De su forma de ser (de la de
Martínez, pues la de Aróstegui es para detestarla nuevamente
y lo haremos) y de muchas otras cosas que habrá de contarme.
Porque de ese encuentro ha surgido el acuerdo de una
entrevista para la Revista Siglo XXI. Esa que, hecha
especial, supo cautivar en FITUR a cuantos la tuvieron entre
sus manos.
JUEVES. 28
Veo a José María Campos muy cerca del Mercado de
Abastos y nos ponemos a charlar. En esta ocasión, como en
otras muchas, le tiro de la lengua y José María se me pone
socarrón pero derrochando buen talante. Cuando le digo que
manda tanto o más que Juan Vivas se me queda mirando
con los ojos muy abiertos y con cara como de no haber roto
un plato en su vida. Y a renglón seguido me dice que está a
punto de jubilarse. De dejarlo todo y ponerse a escribir
libros. Una tarea que le tiene sorbida la sesera. Por
cierto, ha terminado uno hace nada. En cambio, yo le digo
que ni tengo tiempo de escribir mis memorias ni tampoco creo
que a nadie le interese lo que vaya a decir. Luego
continuamos hablando de escribir en los periódicos. Y ya
aproveché la ocasión para hacerle el artículo de ‘El Pueblo
de Ceuta’. Pero él, como siempre, trató de hacerse el
longuis. Lo cual entiendo perfectamente. Ya que a ciertas
personas de esta ciudad les está costando digerir el auge
que está experimentando este periódico. Eso sí, sin prisa
pero sin pausa.
VIERNES. 29
Con Alfonso Conejo llevo yo la tira de años hablando
en cuanto se presenta la ocasión. Nuestras conversaciones
suelen ser muy directas. Sin tapujos. Y unas veces nuestras
opiniones son muy parecidas y otras difieren totalmente.
Alfonso es lector de cuanto yo escribo. Y lo viene haciendo
desde hace mucho tiempo. Mi aprecio por Alfonso es una
realidad que él tiene asumida. De no ser así, difícilmente
podríamos mantener nuestras buenas relaciones. De ahí que el
no tenga el menor inconveniente en decirme si algo de lo
hecho o dicho por mí no le ha gustado. De la misma manera
que suele felicitarme a veces sin caer en lo almibarado. Hoy
he recibido una carta de él y me he sentido muy satisfecho.
Y he tomado nota de sus indicaciones. Que son muy certeras.
Aunque tiempo tendremos de sentarnos y dialogar al respecto
de lo que me dice en su misiva. En fin, Alfonso, que he
apreciado en lo que vale el detalle que has tenido. Y que
espero verte muy pronto para, además de darte las gracias,
intercambiar impresiones. Un abrazo. Ah, permíteme decirte
lo siguiente: “La peor forma del machismo es la tolerancia
complaciente con la incapacidad de una mujer”.
SÁBADO. 30
Con Pepe López Franco suelo yo intercambiar
impresiones muy a menudo. Cada vez que nos vemos por la
calle. Y no son pocas. Y en esas estábamos cuando pasó por
nuestro lado Pedro Rojas: el padre de Adán; el
chaval que a punto estuvo de perder la vida cuando jugaba al
fútbol en un pabellón donde no había asistencia médica. Y
Pedro, tras preguntarle por su hijo, me dijo que estaba muy
bien y además me dio las gracias para que se las
transmitiera al director de ‘El Pueblo de Ceuta’ por el
tratamiento que éste hizo de la noticia. Lo ocurrido ha
servido, como no podía ser de otra forma, para que al menos
un ATS acuda a los partidos para intervenir al menor asomo
de lesión en los chavales. A quien parece ser que no le ha
gustado el tratamiento de la noticia es a Antonio García
Gaona. Porque el jueves tuve la oportunidad de charlar con
él y lo vi excitado. Y todo porque a mí nadie me puede
convencer de lo que tiene más visos de mentira que de
verdad. Y una vez más le tuve que decir al presidente de la
Federación de Fútbol de Ceuta que a mí no me interesa en
absoluto el conocer las cuentas del organismo. Que es él el
que debe airearlas para que nunca llegue a confundirse su
gestión con la habida antes: es decir, casi 30 años de
oscuridad en todos los sentidos. Ya está bien de tonterías.
Y además, Antonio, es ley de vida morirse. Así que dejemos
ya de usar a los muertos como excusa. Que así ni se les
quiere ni se les respeta más.
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