Una paciente urológica de treinta y cuatro años de edad
salió ayer inerte del quirófano del Hospital Civil de Ceuta
después de ser sometida a una nefrectomía en una
intervención programada. Fuentes hospitalarias que la
extirpación de un riñón es una operación de alto riesgo y
que, por tanto, contaba con el consentimiento informado de
la paciente.
Una mujer de treinta y cuatro años de edad entró ayer en el
quirófano del viejo Hospital Civil de Ceuta para ser
sometida a un intervención programada y salió sin vida de
él.
Según confirmó a EL PUEBLO la jefa de guardia en el centro
hospitalario, se trataba de un paciente del servicio de
Urología que fue sometida a una nefrectomía, aunque la
doctora declinó especificar la causa de la muerte, detallada
en el certificado de defunción expedido por los facultativos
que la atendieron.
Las mismas fuentes hospitalarias indicaron que se trataba de
una operación de riesgo que contaba con el consentimiento
informado de la paciente y sus familiares.
Sin embargo, en un informe del Servicio de Nefrología del
Hospital Clínico de Barcelona sobre la morbi-mortalidad
operatoria y posoperatoria de esta forma de cirugía, se
estima que el riesgo de muerte de este tipo de
intervenciones es de tres por cada de 10.000 nefrectomías.
Es decir, que este riesgo se sitúa en el 0,03 por ciento.
La nefrectomía es un procedimiento quirúrgico realizado para
extirpar un riñón o parte de un riñón. Está indicada cuando
hay tumores renales, como el hipernefroma, si el riñón se
encuentra gravemente alterando por ciertas enfermedades
benignas como la hidronefrosis o la existencia de cálculos,
o tras un traumatismo que ocasione lesiones renales graves.
Aunque este tipo de intervención también se puede practicar
mediante cirugía abierta, la forma más habitual de
nefrectomía recurre a la vía laparoscópica.
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