Habiendo pasado unos días desde
que me dieron la noticia, seguía dejando pasar el tiempo,
por cuanto no me lo creía, pero he decidido hacer unas
letras para un sencillo homenaje a modo de recuerdo. Ha
muerto Antonio Llorens, Teniente de La Legión retirado,
Superviviente del Combate de Edchera 1958. Nos conocimos
desde el año 92, cuando estaba encargado del Casino Militar,
hombre alegre, jovial y entusiasta nos saludaba en Comercial
Marisol, donde mi compañero Enrique me lo presentaba, y
siempre Antonio Llorens, era partidario de tener alegría y
vivir la vida, que eran dos días, así que me decía Javi,
grábame una cinta de estas de música a tope, para ponérsela
a los soldados y me dan buen ambiente.
Pasaron los años y nos perdimos en el olvido. Mira por
donde, en el bautizo de Ainara, nos encontramos hace dos
años, en el convite de la niña, por linaje familiar de mi
mujer con los padrinos, nos vimos frente a frente y nos
fundimos en un fuerte abrazo. Esos son abrazos Legionarios.
Que se dieron cuenta todos los presentes, después de tantos
años le comenté mi vínculo para con Nuestra Legión, que ya
era Legionario de Honor y que había escrito sobre el 50
Aniversario del Combate de Edchera, “yo estuve en ese
combate”, frase que me heló la sangre, y que hizo acercarse
a los jóvenes allí presentes, con las copas en mano para
hacer un corro alrededor de El Teniente Llorens, me hacía
gracia la hija llamándolo “papá deja a los muchachos…” pero
se nos paraba el mundo, y a mí precisamente, que tanto había
leído, que tantas vueltas le había dado al 13 de Enero de
1958, el decía “Le dijimos al Capitán Jáuregui que no se
metiera por allí…” Yo suspiraba por sentarnos y que me
contara la épica de la Saguía El Hamra, el decía QUE POR
LEALTAD A SUS COMPAÑEROS Y A ESPAÑA, eso se lo llevaba a la
tumba.
El añoraba el Sahara, aquello era un paraíso terrenal, la
camaradería, la pesca, el ambiente, entre tropa, mandos,
suboficiales, recordaba sus comienzos siendo un joven de 16
años, los pelotones de castigo, el pelotón disciplinario,
pero que jamás habría abandonado el Sahara. Javier, ahora
sólo salgo a la calle al médico y a cobrar, y que tengo un
PC, para enterarme del mundo. Seguíamos hablando, y muchos
jóvenes, seguimos alrededor de Antonio, contando sus
vivencias Del Tercio Sahariano, con su genio y figura, el se
reía de los nuevos con su pecho descubierto, por tanto que
había pasado en la vida. Al final me avisaron con tristeza
que el remedio había sido, peor que la enfermedad, QUE LA
MUERTE NO ES EL FINAL, por eso el día de tu adiós, vi jugar
a uno de tus nietos, por los callejones del barrio, le
pregunté por ti, estabas en el cielo, me dije para mis
adentros no se ha muerto HA IDO A AGRUPARSE, se escucha
música a tope, ha puesto una cinta para dar ambiente a sus
camaradas en el cielo.
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