Los colegios Mare Nostrum y San Agustín celebraron ayer el
‘Día de la Paz’ y realizaron muchas actividades en las que
participaron niños, profesores y padres. Bajo el lema de la
solidaridad y la convivencia, ambos centros consiguieron que
los niños aprendan los verdaderos valores morales de
solidaridad y convivencia con sus semejantes.
Los colegios Mare Nostrum y San Agustín celebraron ayer el
‘Día de la Paz’ y realizaron diversas actividades en las que
participaron niños, profesores y padres.
Canciones, pancartas, poemas, manualidades y “el fomento de
la convivencia”, fueron los elementos principales de la
mañana en el Mare Nostrum. Según la directora del centro,
Ana Beltrán, “desde principios de enero se repartió a los
niños un carnet de convivencia en el que se iban apuntando
todas las buenas acciones que realizaban. A los que convivan
mejor y se les premiará con caramelos el lunes y se les hará
una fotografía para incluirla en el cuadro de honor. Además,
esto ha funcionado muy bien en clases en las que había más
conflictos”. La directora del centro dedicó un discurso a la
paz y los más pequeños fueron los que abrieron el acto.
Después todos los alumnos de infantil colocaron sus manos y
corazones por la paz delante de una paloma de la paz.
Mientras tanto, los alumnos de segundo y tercer ciclo de
Primaria leyeron poesías y manifiestos dedicados a la paz:
“El colofón es el acto de hoy. La canción ‘color esperanza’
es el himno de la paz y todos venimos de blanco y negro y
queremos plantear a los niños que la paz tiene que ser cosa
de todos los días”, comenta Beltrán ilusionada.
Por su parte, en el San Agustín, los niños y los padres
situados en semicírculo y con el padre Álvaro, el director
del centro, como maestro de ceremonias, comenzaron la
jornada cantando y recitando poesías la paz. Además, a
partir de las 13:45 comenzó la campaña ‘Todos con Haití’.
Los niños disfrutaron de un castillo hinchable, de un
espectáculo de magia, de videojuegos, disfraces, música y
baile.
La nota solidaria se puso con la tómbola-lotería gracias a
un diamante donado por la joyería Chocrón para recaudar
dinero en favor de los damnificados por Haití. La fiesta
duró hasta la noche.
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