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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 27 DE ENERO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

El pub que no vende ni Ballantine ni Beefeater
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El domingo pasado, en la Miscelánea semanal, que sigue ganando lectores a porrillo, le dediqué un párrafo a Pablo Ferreras Guerrero. Joven empresario que lleva once años destacando en negocios nocturnos capaces de colmar las apetencias de ocio de cuantas personas decidan acudir a “El Refugio de Buda” o bien a “Él Ático”.

De Pablo Ferreras tengo yo una impresión inmejorable. No puedo negar que me cayó bien desde el día que me lo presentó Karim Bulaix: propietario del Hotel Ulises. Pero tampoco es menos cierto que Pablo ha sabido ganarse mi estima y respeto por la forma que tiene de comportarse y por ese saber estar que le distingue en todo momento.

El hijo de Ángela Guerra, nombre que no se le cae de la boca a Pablo, es de fiar. Y ha conseguido a edad temprana dar pruebas evidentes de ser un hombre en toda la extensión de la palabra. Es decir, un hombre de verdad. De los que han entendido que en la vida hay que trabajar duramente para poder mantener una familia sin perder un ápice de integridad.

De él sé, porque me lo ha dicho alguien en quien confío muchísimo, que da pruebas constantes de honradez y rectitud inalterables, impropias de su edad. Pero que tampoco está dispuestos a servir de muñeco para que jueguen al abejorro con él.

PFG lleva ya un tiempo que se siente perseguido. Todo comenzó desde que se hizo cargo de “El Ático”, pub de éxito. Así que no cesan de ponerle trabas en todos los sentidos. Tal vez porque en ese local no se consume ni Ballantine ni Beefeater.

Los intuitivos acertamos en la misma medida que cometemos errores de bulto. Ojalá que en esta ocasión sea lo segundo. Pero mucho me temo que estoy apuntando en la dirección debida.

Y es así, porque, hechas algunas averiguaciones, he podido enterarme de que hay un policía que, asesorado por un superior, desea hacerse por todos los medios con Él Ático’. Y no descansarán hasta conseguir sus propósitos. Aunque en el empeño hayan de actuar con la maldad solapada que tan buenos resultados les está dando en el desempeño de otros menesteres.

De momento, quienes tienen puestos los ojos en El Ático, con el fin de quitarle la explotación a Pedro Ferreras, han dado un paso en falso, acudiendo a los sindicatos policiales para que éstos le pidan a Juan Vivas que investigue el acoso en forma de denuncias que sufre la UIR por parte del propietario del pub. Las mismas que están ya en el juzgado correspondiente y se encuentran en fase de instrucción. Denuncias que se refieren todas a dos protagonistas: agentes de la UIR y empleados del pub.

Pero los sindicatos policiales, recibidas las quejas de los agentes, quieren obtener respuesta del área competente; en este caso Fomento, a fin de acceder a los permisos y licencias con que cuenta este negocio, y demás regularizaciones para saber si los empleados del pub pueden impedir a ciertas personas la entrada al local.

Una petición que nos parece absurda como contraproducente. Porque si hay denuncias y éstas se encuentran ya en el juzgado, lo que deben hacer los agentes es esperar a que el juez instructor decida. Mas nunca seguir persiguiendo sañudamente al pub que no vende ni Ballantine ni Beefeater. Y es que hasta para hacerse las víctimas hay que emplear el sentido común.
 

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