El medio centenar de dirigentes y militantes del PSOE de
Ceuta que ayer se dieron cita en su sede para asistir a la
primera Asamblea informativa convocada por la Ejecutiva que
lidera Carracao desde la refundación del partido no oyeron
casi nada de nuevo. El tema del día, las conversaciones con
UDCE, tampoco arrojó sorpresas.
El secretario general del PSOE de Ceuta no se arrepiente de
haber negociado con UDCE la integración de los socialistas
ni de la manera en la que lo hizo. Lamenta, seguramente, el
resultado final, y por eso ayer reconoció ante medio
centenar de compañeros de Ejecutiva y militantes de base que
sí, que tal vez sea cierto que buena parte del futuro de la
izquierda ceutí pueda pasar por un pacto de esa naturaleza,
pero que él no será quien volverá a intentarlo. Apoyará,
cuando ya no esté al timón de la nave socialista, a quien lo
quiera intentar de nuevo, pero que no se lo pidan a él.
Carracao dio estas explicaciones después de que, tras un
pequeño prólogo oficiado por su secretario de Organización,
Jesús Lopera, hiciese un repaso de todos los temas de
actualidad de la vida política local. El líder socialista
habló durante más de una hora de la posible integración en
la Unión Aduanera, de los proyectos del Ejecutivo de
Zapatero para la ciudad, del desarrollo estatutario y de
otros temas hasta llegar, claro, a las negociaciones con
UDCE.
Fue antes y después de que quien fuera su rival en la
Asamblea constituyente de diciembre de 2008, Juan Hernández,
le pidiera que volviese a hablar con el primer grupo de la
oposición, voluntad que demostraron visiblemente compartir
un buen puñado de los presentes, entre los que se echó de
menos a la ex secretaria general Toñi Palomo y a los
miembros del Grupo Parlamentario Socialista, por citar tres
ejemplos públicos.
Según varios asistentes el líder socialista demostró haberse
quedado prendado de las artes políticas del secretario
general de los localistas, Musa Rahal, al que se refirió en
términos elogiosos más de media docena de veces. Muchas
menos se refirió al presidente de UDCE, Mohamed Ali, con
quien reconoció no haber negociado directamente el meollo de
la cuestión.
“Nos ha llamado racistas a todos”, dijo en un momento de su
réplica el secretario general al que también hubo quien
desempeñó responsabilidades en el partido y las Juventudes
Socialistas y ayer le interrogó sobre el por qué no intenta
cerrar determinadas cicatrices como la de los doce
expulsados de hace un año. “Fue una decisión de Madrid”,
replicó, versión oficial, Carracao, quien recordó que
aquellos de ellos que han querido saber el por qué de su
salida han podido preguntarlo en Ferraz.
Otros le reprocharon, siempre en el tono moderado y amistoso
que marcó toda la cita, que no diese más información sobre
los contactos con UDCE mientras se producían, ante lo que
recordó que el PSOE no es Asambleario.
Los medios y, claro, el cómo se enteran de las cosas fue
otro tema recurrente de intercambio de opiniones y recelos.
A las 22.50 se dio por terminado el cónclave con un mensaje:
“Hay que permanecer unidos”.
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