Fumar es malo porque perjudica la
salud, eso lo sabemos todos, tanto los que fumamos, como los
que no fumamos. O sea que nadie va a venir a contarnos lo
peligroso que es el tabaco porque por muy ignorante que sea
una persona sabe de sobra lo perjudicial que es fumar.
Teniendo en cuenta que la libertad del individuo, empieza en
el propio individuo, cada uno es libre de tomar el camino
que quiera, fumar o dejar de fumar, pero sin imposición
alguna, porque si algo se le impone al individuo, se está
coartando su libertad.
La nueva Ley del tabaco, va a prohibir fumar en cualquier
local público, con lo cual se va a perjudicar, sin lugar a
dudas, a aquellos restaurantes o bares que, en estos
momentos, tienen sus locales acondicionados para que una
parte de ello, puedan ser lugares de fumadores.
Lógicamente, cuando se apruebe esta ley, los clientes
fumadores se verán obligados a salir a la calle para poder
fumarse un cigarro o un puro, lo que mejor le apetezca a
cada fumador y, por supuesto, podrán nuestras calles llenas
de colillas con el mar olor y la “cochinada” que ello
supone.
Dejando a un lado ese supuesto, que ocurrir va a ocurrir,
vayamos a lo que más interesa, las perdida económicas y
puestos de trabajo que se van perder por la mencionada ley.
Según el gremio de hoteleros, ello además de una gran
perdida económica, después del gasto que algunos de ellos
han realizado, para habilitar sala de fumadores, se perderán
unos doscientos mil puestos de trabajo y, precisamente, en
los momentos actuales, con el paro que tenemos, el más alto
de la UE, no está el asunto para enviar más personal al
paro. Es un decir.
Por demás es como decía la sabia de mí abuela, “el que la
lleva la entiende”. Y si el Gobierno ha adoptado esta
decisión de prohibir fumar en cualquier local público,
teniendo en cuenta todas esas perdidas económica y de
puestos de trabajo que se pueden producir, su razón tendrá
para aprobar semejante ley, que nos impida a los fumadores
realizar el asunto de echar humo en cualquier local público.
Metiéndome donde no me llaman, no sería mejor, digo yo si es
qué se puede decir algo que todos los locales dedicados a la
hostelería, pusiesen un cartel “Aquí se puede fumar” y los
que no quieren fumadores otro que diga “Aquí no se puede
fumar”.
De esa manera nadie se molestaría, pues los fumadores irían
a aquellos locales donde se les permite realizar este vicio,
y los no fumadores tendrían, del mismo modo, sus locales,
donde nadie podría echar humo.
Cosa de lo más sencillo de ejecutar, con la que se evitaría
dos problemas bastante importantes. Primero el derrumbe
económico que le va a suponer a algunos locales con esa
prohibición, que con llevaría una perdida importante de
clientela. Y segundo, quizás más importante que el primero,
que no se tendrían, tal y como asegura el gremio de
hostelería, que aumentar el paro con la tasa de paro que, en
los momentos actuales tenemos, y en la lucha prioritaria que
el Gobierno tienen por reducirlo. ¿O no?
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