Hace muchos años que no sigo, de
cerca, el Festival ese de Eurovisión, en el que, con
representación de un gran número de países, se intenta
lograr que una canción sobresalga por encima de todas las
otras que se presentan.
Hace años, más de 30 y 40, aquello era un buen escaparate
para el que obtenía el primer puesto, que se aseguraba unas
ventas super millonarias y de ahí al estrellato había, tan
sólo un paso.
Pero eran otros tiempos, los canales de televisión eran muy
pocos y los países solían enviar un representante que,
aunque no ganara, sí que dejaba al país al que iba
representando, en buen lugar.
En los años 60, ¡ya ha llovido!, España estuvo representada
por cantantes de la talla de Raphael o de Julio Iglesias,
que no ganaron, ni mucho menos, pero ahí está su historial
en la canción.
El triunfo de Massiel llegó un poco de rebote, como de
rebote fue su participación, cubriendo la plaza que iba a
ocupar Serrat, pero como la Lengua Española, antes, como
debiera ser ahora, era la que debía estar representando a
España y Serrat quería cantar en catalán, se cortó todo de
un plumazo y en una semana se preparó a Massiel que obtuvo
el triunfo.
Aquel triunfo fue mosqueante ya y más mosqueante fue lo que
ocurrió al año siguiente con un empate en cabeza de tres o
cuatro participantes, entre ellos España. Era diferente,
pero era España.
Luego, ya digo que durante muchos años, perdí la pista a ese
bodrio y hace un par de años nos sorprendió la elección,
parece que por votación popular, de un personaje
extravagante, Chiquilicuatre, que en nada representa la
personalidad, si es que la hay, de los cantantes españoles,
ni de lo español, en abstracto.
Nadie pensaba en un triunfo de Chiquilicuatre, y de su paso
por el Festival de Eurovisión, ya nadie volvió a hablar.
Mejor así.
Pero como aquí parece que nos gusta el lema circense del
”más difícil todavía”, y sin prever el riesgo que podía
haber, este año desde TVE pretendían seleccionar al
participante a través de una votación popular. Y en estas se
presenta una tal Karmele Marchante, que dicen que es
colaboradora de uno de los programas del cotilleo, en cierta
televisión privada.
Y claro que llegó “el más difícil todavía”, cuando a las
primeras de cambio tuvo ya unos apoyos de votantes, por
encima de los 120.000. Esto es “la rehostia”, con perdón.
Ahora, si nos atenemos a esto, resulta que no tenemos
cantantes en España que nos puedan representar y una de las
colaboradoras de un programa de los que tanto atraen, por
otras cosas, al personal, podría haber sido la representante
de España. En TVE, creo que con sentido común, no sé si con
decencia, tras haber fijado unas normas, a las primeras de
cambio han eliminado a Karmele, con lo que ya se ha
entablado el lío entre las dos cadenas, cuando ella, muy
digna, aparece en pantalla, lee un manifiesto contra TVE y
los de “su gremio” le ríen las palabras, que muy poco
graciosas eran.
Desconozco todas las condiciones internas que se requieren,
pero si se trata de un festival de la canción, sea donde
sea, deberán ir cantantes, no esperpentos que ni han hecho
nada en ese terreno, ni tienen las condiciones mínimas para
representar así a España.
¿Alguien se imagina el revuelo que produciría si para
defender a España en el próximo Mundial, Vicente del Bosque
quisiera seleccionar a Morante de la Puebla o al alcalde de
Salamanca?. Algo similar sería que representara a España en
Eurovisión la tal Karmele.
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