Leemos en el diario La Razón el
examen de valoración de la última encuesta encargada por
dicho periódico en las que de nuevo ningún líder consigue el
aprobado, siendo la diputada de UPyD, Rosa Díez, y su
homólogo de CiU, Josep Antoni Duran y Lleida, los que con
mejor nota son calificados por los españoles: 4,4 y 4,3
puntos respectivamente.
Por otra parte, los ciudadanos conceden una nota en el
examen de valoración del presidente del Gobierno de 4,2 y al
líder de la Oposición del 4,1, o sea, no llegan ni siquiera
al aprobado ninguno de los dos destacados políticos. Lo
único reseñable de esta última encuesta es el escaso
incremento de votos que los ciudadanos entrevistados
depositan en el presidente del Partido Popular.
Quizás la explicación a esta que pudiéramos llamar
desconfianza de los electores hacia sus dirigentes políticos
(a los que no concede, como decimos, el aprobado) se deba a
la poca utilidad o provecho que se recibe de los mismos lo
que acredita la escasa o vana opinión que les ofrecen en su
gestión al tiempo que demuestran (nos referimos a los
votantes) la oposición a la utilidad de su nombramiento
(véanse si no las numerosas ausencias en sesiones del
Congreso de los Diputados o el papel de meros figurones de
la mayoría de los que asisten). Es, pues, lógico que se den
los resultados conocidos del 68,35 % de abstenciones en las
últimas Elecciones al Parlamento Europeo y de casi el 40 %
en nuestra Ciudad en las Elecciones Locales últimamente
celebradas (y este dato gracias a la presencia de Juan J.
Vivas que él solito se lleva el 65 por ciento de los
votantes ceutíes).
Cuando la lacra del paro afecta a mas de 4.000.000 de
personas, cuando mas de 1.000.000 de familias españolas no
tiene ningún ingreso en sus casas, cuando se continúan
acumulando enfermos en pasillos de hospitales para ser
intervenidos quirúrgicamente después de unos plazos de
espera que puede llegar a los dos años, cuando se miente a
los ciudadanos haciéndoles creer que no hay crisis o que con
la asunción de la presidencia de la Unión Europea se van a
curar nuestros males, cuando no se lleva a cabo una reforma
estructural de nuestra economía, cuando hasta los europeos
se han dado cuenta de que Zapatero no es el líder que
necesita Europa en estos momentos, cuando se nota la falta
de valentía para tomar decisiones, por una parte y, por
otra, cuando la oposición se limita a hacerse fotografías en
la cola de comedores para indigentes o en la del paro o a
criticar las manifestaciones del presidente del Gobierno
referidas a la propuesta de sanciones a aquellos países que
incumplan los criterios de la futura estrategia económica
comunitaria si “somos campeones europeos del paro”, a
criticar la necesidad de la bajada de cuotas de la Seguridad
Social a los empresarios, a no subir los impuestos, a la
reducción de la deuda pública o a la bajada del IVA para las
empresas turísticas… y no se lleva a cabo un “Pacto de
Estado”, al estilo de los “Pactos de Moncloa”, poniendo de
acuerdo a asociaciones empresariales, a entidades sindicales
y a líderes destacados de partidos para adoptar una política
económica que contenga las galopantes cifras de paro, la
reducción de la deuda y del gasto público, la bajada de
impuestos y todas las medidas que sean necesarias para la
mejora, de todo orden, del bienestar de los españoles, por
muchos discursos que se reflejen en medios de comunicación o
comparecencias televisivas de los políticos, éstos siempre
carecerán del apoyo popular y se dará la escasa o nula
valoración a que hacemos referencia al principio de nuestro
comentario.
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