El envidioso está pasándolo muy
mal. Tanto desearle lo peor al adversario y, sin embargo, se
levanta cada día viéndole más alto de lo que es; más
interesante de lo que es. Así que comienza su calvario.
La envidia, que es el peor de los sentimientos, termina
siendo tan dañina como para amargarle la existencia al
envidioso. Y éste, al final, superado por los celos y el
rencor, la animosidad y la rabia, cae en un estado depresivo
que le hace pensar torcidamente.
La angustia de saber que el adversario está dispuesto a
luchar denodadamente por la ciudad en que nació, invirtiendo
y tratando cada día de dar lo mejor de sí, es peor para el
corazón del envidioso que el colesterol o una fuerte tensión
arterial.
Y ese sinvivir, que hace que el envidioso abra los ojos cada
mañana deseando enterarse de que a su rival le ha ocurrido
algo desagradable, le causa un daño tan grande que debiera
evitarlo si no quiere seguir quebrantando su salud. Sobre
todo cuando se percata de que lo que él más desea no se
cumple.
Un envidioso es un enfermo a tiempo completo. Un enfermo que
necesita más de las píldoras estimulantes que de las
tranquilizantes como para poder acudir con energía
suficiente a la visita de su siquiatra (perdonen por la
publicidad: yo les recomiendo a los enfermos de envidia que
acudan al sicólogo de la Asociación Deportiva Ceuta. Que me
han dicho que es buenísimo. Pero antes sería conveniente que
le pidieran hora al toro suelto... Que dice ser tan amigo
del sicólogo).
Tan largo introito, en esta columna de hoy, se me ha ido
ocurriendo gracias a que tengo por delante ‘El Pueblo de
Ceuta’. Y no le quito ojos de encima a la fotografía de la
primera en la cual cuatro políticos ríen de satisfacción y
orgullo al comprobar lo que tienen entre sus manos: es nada
más y nada menos que una revista de actualidad y cultura de
Ceuta. Ceuta Siglo XXI. EspecialFITUR`10.
Los políticos son de izquierda a derecha, Pepe Torrado,
José Antonio Rodríguez (lo que hubieras disfrutado ahora
siendo viceconsejero de Turismo, ¿verdad José Antonio?),
Juan Vivas y José Fernández Chacón. Bajo la
mirada serena y humilde de una quinta persona que está
sabiendo volar por encima de las circunstancias negativas,
dando pruebas evidentes de madurez, lealtad y sentido común.
Y es que hay edades en las que la frialdad, la mesura y el
buen cumplimiento de los compromisos, ofrecen más
satisfacciones que andar perdiendo el tiempo y encima no
dejando de poner la mano porque sí.
Pero hoy, cuando se sabe que la revista especial, repartida
en el Día grande de Ceuta en FITUR, el jueves, y gratis el
viernes en los quioscos de Ceuta, encandiló a cuantos
tuvieron la oportunidad de obtenerla en Madrid, sería una
injusticia que no saliera a relucir en este espacio el
nombre de quien ha sido parte muy principal para que la
publicación haya visto la luz.
Me estoy refiriendo a Ángel Muñoz Tinoco. Gerente.
Que ha sabido además, con su forma de ser, ganarse la
colaboración de Enrique Rodríguez y Rafael
Fernández.
La envidia debe ser motivo de persecución en esta Casa.
Aunque sólo sea por lo que nos dice el refrán: Cuando las
barbas de tu vecino veas pelar...
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