La sociedad de Fomento Procesa, que gestiona y supervisa las
obras de construcción de La Manzana del Revellín, calcula
que el nuevo Conservatorio se entregará en el plazo de dos
semanas. En estos momentos, y tras la inauguración de la
primera de las instalaciones del complejo cultural, el
aparcamiento subterráneo, se gestiona la obtención de la
licencia de primera ocupación de los dos edificios del
centro educativo.
Dos semanas. Este es el plazo calculado por los técnicos de
la sociedad de Fomento Procesa para la entrega de los dos
edificios que componen el nuevo Conservatorio de música de
la ciudad, integrado que el complejo cultural de La Manzana
del Revellín. Según especificaron, en estos momentos se
gestiona la licencia de primera ocupación de los inmuebles y
se trabaja en los remates de las instalaciones de luz y
agua.
Entre tanto, se ha sacado también a concurso el suministro
de la parte del mobiliario del conservatorio que no ha sido
diseñado por el arquitecto, Álvaro Siza. De acuerdo con el
anuncio, publicado en el Boletín Oficial de la Ciudad (BOCCE)
de ayer, el presupuesto es de 205.000 euros y el plazo de
entrega de los muebles será de un mes a contar desde la
firma del contrato.
Uno de los aspectos más importantes en la obra del
Conservatorio es el de la acústica, cuyo diseño ha
correspondido al ingeniero Higini Arau, que ha trabajado en
proyectos como los auditorios de Barcelona, Kursaal de San
Sebastián o el Palacio de Euskalduna, en Bilbao, además de
en teatros y óperas como el Gran Liceo barcelonés. Un grupo
de profesores y alumnos del conservatorio, que en la
actualidad desarrolla su actividad en aulas del Instituto
Siete Colinas, tuvieron en junio de pasado año la
oportunidad de probar la acústica de la que a partir de este
año serán sus nuevas salas de audición. Según relataron
entonces algunos testigos de la prueba, a pesar de
encontrarse sin terminar, a falta de la instalación, entre
otros elementos, de las puertas, el resultado sorprendió por
la excelente calidad del sonido.
En relación al mobiliario del que estará dotado el nuevo
centro de enseñanzas musicales, que el arquitecto eligió en
una de sus últimas visitas de obra con los responsables de
la Ciudad, destaca el hecho de que buena parte del mismo
será de su propio diseño. La marca elegida para las sillas
del conservatorio, construidas en madera de haya maciza, es
la famosa ‘Jacobsen’, fundada en los años 50 del pasado
siglo por el arquitecto y diseñador industrial danés Arne
Jacobsen. Siza ha diseñado además elementos como el espacio
reservado en la secretaría, cuyo mostrador, al igual que los
zócalos y pasamanos están realizados en mármol y tiene una
zona reservada para minusválidos. El revestimiento de los
zócalos, de mármol ‘crema oro’ procede de una pequeña
cantera en Murcia y es, por tanto, escaso y muy especial.
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