Denuncian que tras las últimas lluvias el comedor ha
permanecido inhabilitado hasta el martes después de que el
techo se desprendiera. Las paredes permanecen húmedas con
huecos donde una pequeña cascada ha aparecido por sí sola.
Confiesan que todos los inviernos y los temporales que se
dan paralelos a esta estación, son más que motivo suficiente
para que sus hijas no asistan al centro por inundaciones y
atascos en los aseos, teniendo siempre en cuenta que se
trata de usuarios con discapacidad que, en riesgo de
emergencia, no responderían con plenas capacidades.
Varias madres de usuarios y usuarias de ‘Feaps Ciudad de
Ceuta’ han querido expresar su malestar ante las condiciones
en las que actualmente, y desde hace años, se encuentra
dicho centro, ubicado en Juan Carlos I, debido a unas
infraestructuras antiguas, a su opinión “mal ubicadas por un
complejo acceso”, y sucesos variados por los que “nadie
responde y que pueden suponer negligencia”. Aunque también
reconocen que en muchas ocasiones, profesionales y monitores
han conseguido que sus hijos se hayan desenvuelto con mayor
facilidad ante diversas circunstancias.
Sin embargo, cansadas de esperar respuestas y promesas que
“nunca se cumplen ni llegan a ser reales”, han decidido dar
voz a los que no la tienen ya que, como ellas mismas
reconocen, “la mayoría tiene alguna discapacidad por lo que
es muy complicado que ellas mismas nos cuenten lo que ocurre
allí dentro. Sólo nosotras podemos hablar”. Esta
representación de progenitores ha querido denunciar
circunstancias que requieren solución tras varios intentos
que no han surgido efecto, según ellas mismas relatan. Es el
caso de Carmen Molina, que aún espera que alguien le de una
explicación o responda por una presunta negligencia que
afectó a su hija. “Al colegio le falta de todo y en todas
las reuniones nos dicen que nos reubicarán pero es mentira.
No habla nadie, no se mueve nadie y el personal, que deja
mucho que desear. Hace dos años, mi hija tuvo un colapso;
tenía una medicación de noche a base de gotas y cuando llego
de vacaciones con ellos sufrió el colapso, debido a una
sobredosis de las gotas. La ATS no se ha presentado en
ningún momento, ni me ha llamado, y todavía el gerente, se
pone de su parte manteniéndola en el centro. Más madres que
no han podido venir, decían que sus niños llegaron con
quemaduras y nadie ha denunciado la situación”, relataba
Carmen Molina, madre de una usuaria de Feaps.
Otra de las progenitoras, Rosario Martín, afortunadamente,
no ha padecido sucesos como el anterior aunque tiene claro
que “el colegio da pena, y cuando llueve, el autobús que los
desplaza patina en el acceso, y eso, es un riesgo. Feaps no
está en condiciones; se inunda enseguida y no es un centro
adecuado para atender a estos niños, que están más
indefensos y necesitan un mayor cuidado”. Por su parte,
Pilar López, quiso poner en conocimiento de la ciudadanía
otras preocupaciones sobre el centro. “Dicen que la
subvención que llega desde la Ciudad sirve para pagar a los
trabajadores cuando muchos son del Plan de Empleo que, no
tengo nada en su contra, pero a estos niños les cuesta
adaptarse a una persona y a los seis meses, les cumple el
contrato y se van. Además de haber personas que no están
cualificadas para esta labor. Por eso llevo a la niña bien
poco”, expresaba la progenitora.
Estas voces unidas, “ya cansadas” sólo persiguen un fin: “la
mejor calidad y seguridad para nuestros hijos”.
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