Fiesta familiar, con los nietos
rodando alrededor de los abuelos pero sin prestarle
atención.
Generación de nietos más pendientes de las “play station”
que del cariño o las historias de los abuelos.
Nietos que sólo se dirigen a los abuelos para pedirles
consolas PS2 o PS3 y DVD’s de juegos con nombres
indescifrables para aquellos.
Los abuelos, los de hoy en día, miran con horror a través de
la luminosa ventana de la TDT a esos otros “nietos”
abandonados a su suerte y heridos en un remoto país donde el
libertinaje campa a lo ancho y largo del mismo, sin ningún
pudor, desde tiempos atrás.
La destrucción de Haití, parte de ese país, no ha sido, en
realidad, por causa del terremoto. Lo ha sido por la atroz
codicia humana desde que asumió la independencia.
Un país que podría ser un paraíso turístico de primer orden,
el exotismo de su nombre así lo haría posible, se ha
convertido en un estercolero humano y no precisamente por el
terremoto.
Si no bastaba con la destrucción política y física de un
país caribeño, va y sale el dictador venezolano, Hugo
Chávez, con que es marxista y cristiano.
Semejante cóctel de vanidades no puede resultar nada bueno,
ni para el mundo ni para los venezolanos.
Mientras suelta, el dictador venezolano, diatribas contra el
capitalismo se va montando su propio capital con el oro
negro del país.
El cuento de nacionalizar todo lo que encuentra a su paso no
es otra cosa que la de amasar capital personal ante la
voluntaria ignorancia de su propio pueblo. La historia se
repite.
¿Cómo quiere levantar a su pueblo con el marxismo cuando
éste ha demostrado que es totalmente inoperante?
Para empezar, el marxismo ha dejado, deja y dejará a su
pueblo a oscuras durante cuatro horas al día.
Ni una palabra ha soltado, ese dictador, en referencia a
Haití. Se pasa el terremoto y la desgracia del pueblo
haitiano por los morros, por no escribir otra palabra más
fea como su rostro.
El continente americano se está convirtiendo en sinónimo de
voluntarias desgracias, a la par que parte del continente
asiático (zona de Palestina a Irán y de Malasia a Corea del
Norte)
Desde las matanzas de México hasta la destrucción política y
física de Haití.
Cuba, la patria revolucionaria de los Castros, deja morir a
un montón de seres humanos por no abrigarlos bien durante
una extraña fase de frío polar. Menos bocas que alimentar a
costa del empobrecido erario del país.
El erario de ese país caribeño está alimentado por las
drogas. No lo duden.
Honduras revive el fascio estilo bananero con nombramiento
vitalicio del dictador, tal como Chile en su momento.
Venezuela va camino de la perdición al insistir su dictador,
que está influenciado por SImón Bolívar y César Augusto
Sandino, en que la suya es “la propuesta más avanzada (el
marxismo) hacia el mundo que Cristo vino a anunciar aquí en
la Tierra”. ¿Qué dice el Papa a esto?
El Papa no dirá nada. Perder a 28 millones y medio de
sumisos y supuestos cristianos mestizos no le viene a
cuenta. Más todavía cuando están aterrorizados por su propio
jefe. Con lo que los tendrá atados y bien atados a la cruz.
En fin, el avance cultural, económico y social de los
europeos queda profundamente contrastado con el retroceso de
un continente que poco a poco está cambiando su faz y no
precisamente por las placas tectónicas.
Nos vamos a convertir, los europeos, en la zona del medio
entre los fanáticos musulmanes del este y los fanáticos
marxistas del oeste.
Los nietos siguen jugando con sus “play station” totalmente
ajenos al drama. Mejor.
|