Veo que corre peligro el futuro de
esta residencia y, realmente, me duele, porque desde que
llegué a esta ciudad, en septiembre de 1978, la Residencia
de la Juventud fue mi lugar de residencia, donde viví y,
donde puedo decir, sin temor a equivocarme que, en aquellos
momentos, era uno de los lugares más cómodos y agradables de
Ceuta.
No sé ahora, pero entonces, bajo la dirección de Juan José
Garrido, allí había un verdadero ambiente estudiantil. En
aquella época en la Residencia de la Juventud vivíamos
varios profesores y muchos alumnos y, desde luego, creo que
será irrepetible, en Ceuta, un ambiente como el que había
entonces en este lugar.
Pero todo empezó a ir cambiando, cuando un alcalde, de cuyo
nombre no me quiero acordar, entró como el caballo de Atila,
y como quienes estaban al frente de la residencia no
comulgaban con sus creencias políticas, o a la inversa,
empezó con una “limpia” que a los primeros que afectó fue a
los profesores que, entonces, vivíamos allí. Luego los
cambios se fueron sucediendo.
Desde entonces, a la vista está, aquello ha cambiado mucho y
no para mejor. Hoy por hoy, no sé cual es el ambiente allí,
sí que he ido, de paso o de visita, en varias ocasiones,
especialmente al ICD que ahora tiene sus instalaciones en la
segunda planta del edificio, donde en aquella época era el
asentamiento de la UNED. Con todo, sí que sé que en la
Residencia de la Juventud se alojan ahora unos 60
estudiantes, que si desaparece este centro ya veremos donde
pueden vivir.
Los últimos años llevo oyendo, por la mañana, al mediodía y
por la tarde, hablar de un campus universitario, de una
Universidad de Ceuta y de una serie de milongas más, pero lo
que parecen olvidar quienes tanto cacarean esto es que una
Universidad sin colegios mayores o residencias para
estudiantes, que vendrían de fuera a estudiar, no es nada y
mira por donde la única residencia para estudiantes que hay
en Ceuta puede desaparecer.
Es cierto que las planificaciones urbanísticas pueden
afectar a toda la zona, pero empezar la casa por el tejado
no es lo más potable, si es cierto, si no son palabras
huecas, eso de ir en serio en busca de tener una Universidad
aquí.
Lo malo de todo esto es que se comience a hablar de dinero.
Se dice que” la Ciudad quiere cerrar cuanto antes la
Residencia de la Juventud”, a lo que se añade:” el alto
coste de la rehabilitación del edificio, tras el incendio de
octubre, los gastos elevados del mantenimiento de este
servicio...”, con lo que se está diciendo que la Residencia
de la Juventud tiene los días contados. Craso error, si
antes no se tiene otra residencia incluso superior.
Es cierto que hoy, tal como están las cosas, hay que mirar
con lupa los dineros y su distribución, pero no menos cierto
es que vemos en la ciudad otra serie de gastos, menos útiles
y rentables, que siguen ahí y parece que el “pariente
pobre”, ahora mismo, es la Residencia de la Juventud.
Incomprensible.
Además, veo que hay cambios programados ya para el traslado
de las oficinas del ICD, al nuevo polideportivo, que aún no
está abierto; veo, también, que la Escuela de Idiomas puede
ir al edificio “tan emblemático” ( por sus costes) de la
Manzana del Revellín, pero no veo donde habrá unas
instalaciones para esos potenciales estudiantes que vengan,
un día, a la Universidad de Ceuta.
No me lo puedo creer, hay a quien le va “el traje” demasiado
ancho.
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