La Asociación de Amigos del Museo del Automóvil de Melilla
quiere rendir un homenaje al antiguo circuito de karting de
nuestra ciudad, que se ubicaba en lo que hoy es la explanada
multifuncional de San Lorenzo y en el que miles de
melillenses se divirtieron durante su infancia y juventud.
Federico Navajas Ariza, miembro de esta asociación, aseguró
que Melilla debe la existencia de instalación, que
revolucionó el ocio en la ciudad en los setenta y ochenta.
Federico Navajas Ariza explicó que a finales de los años 70,
un apasionado del mundo del motor y sobre todo de la
mecánica, después de un viaje por la Península y ver algunas
instalaciones de karting, volvió con la idea fija de
instalar una en nuestra ciudad. Este aficionado es Juan Luis
Suárez, que ante la magnitud y coste del proyecto decidió
buscar un socio para una modesta instalación de 1.200 metros
cuadrados, para lo que pidió una concesión administrativa a
la Junta de Obras del Puerto (hoy Autoridad Portuaria).
El integrante de la Asociación de Amigos del Museo del
Automóvil de Melilla indicó que durante el tiempo en que
tardaron los trámites legales de esta petición, se enteró
del proyecto un asturiano afincado en nuestra ciudad,
Nemesio González, que había tenido relación con los karts en
Asturias y propuso entrar en la sociedad con la condición de
hacerse un circuito conforme a las normas, para poder
celebrar pruebas oficiales, además del normal alquiler de
karts y la instalación de un bar- restaurante.
10.000 metros cuadrados
Ante la envergadura de tal proyecto, añadió Navajas,
solicitaron 10.000 metros cuadrados en la explanada de San
Lorenzo, que les fueron concedidos en 1980. El primer socio
se retiró del proyecto, entrando en la sociedad "el querido
y apreciado contratista Ginés Adán", indicó el amante de los
automóviles.
Juan Luis Suárez y Ginés Adán comenzaron la construcción de
un circuito con dos pistas de conducción, una larga y otra
más corta para niños, que podían unirse en una sola con 11
curvas y una larga recta para competiciones. Además se
edificaron unas instalaciones anexas con un garaje-bóxer y
un bar-restaurante, así mismo se compraron una serie de
karts no profesionales para su alquiler.
En junio de 1989 cerró
Federico Navajas recuerda que durante los fines de semana el
circuito tuvo un gran éxito, tanto para los niños como para
el resto de las personas que alquilaban karts o corrían con
uno de su propiedad, para lo cual sólo pagaban por el
alquiler de la pista.
La asociación subraya que durante el tiempo en que el
circuito estuvo en activo fue un referente en la ciudad, así
como unas instalaciones que creó una tremenda afición entre
la juventud melillense.
En 1982 Miguel Ángel Hernández, junto con un grupo de amigos
aficionados al karting, creó la Escudería "Barbas Kart", con
sede social en el mismo circuito. De inmediato se federaron
cantidad de jóvenes. Durante los próximos años se
organizaron gran número de pruebas oficiales, tanto locales
como nacionales. Estas pruebas fomentaron la participación
de los pilotos melillenses en pruebas celebradas en la
Península.
Navajas rememora que los pilotos más destacados de esta
escudería fueron Tomás Espuche, José Miguel Fernández
Contero, Moisés Benzaquén, Miguel Ángel Hernández, Paco
Atencia, etc.
Para las celebraciones del Día del Deporte estos pilotos
montaban un circuito urbano en la Avenida Juan Carlos I ó en
la Avenida de la Marina con balas de paja y cubiertas
usadas.
El miembro de la Asociación de Amigos del Museo del
Automóvil de Melilla lamentó que "como en muchas otras
ocasiones las autoridades no tuvieron en cuenta el esfuerzo
humano y material de los Sres.
|