La supuesta denuncia de Acutrans, respecto de la supresión
del primer barco Algeciras-Ceuta de la compañía Euroferrys,
excepción hecha de los lunes, ha encontrado un potente eco
en algunas páginas escritas, porque una vez más la simbiosis
de intereses ha funcionado.
Conviene recordar en relación con el tráfico marítimo entre
Ceuta y Algeciras, que en el intenso debate generado sobre
modos, maneras y fórmulas para abaratar el precio del citado
transporte, ha habido casi una total coincidencia entre
diversos organismos: Consejo Económico y Social,
asociaciones de distinta índole e incluso opiniones vertidas
desde el propio Gobierno Autónomo. Coincidencia en que tal
vez una forma de ayudar a este objetivo pudiera ser la
reducción de rotaciones, lo que, sin duda, reduciría los
costes de las navieras, con el consiguiente decremento en
los precios finales de los billetes o las propuestas de
ofertas periódicas respecto de los mismos.
La decisión de la compañía Euroferrys, de mantener el primer
barco los lunes, obedece a la lógica de atender una demanda
de quienes el primer día de la semana vienen a trabajar a
Ceuta desde la Península, vinculados a oficios y a empresas
que operan en Ceuta en el ámbito de la obra pública
fundamentalmente. El resto, tiene que ver, como es lógico,
con el interés de la compañía en eliminar rotaciones
ruinosas que, tarde o temprano agrandarán costes que deberán
repercutir en los billetes ordinarios.
No pretendemos desde estas líneas defender a las compañías
navieras, que durante años han demostrado mucha tibieza en
su compromiso con Ceuta, pero no podemos perder el horizonte
de que, sin una clara intervención del Estado en este
tráfico marítimo, más allá del contrato público de interés
general, los precios de este transporte difícilmente se
colocarán a los niveles que Ceuta demanda y necesita,
correspondiendo al Gobierno Autónomo ejercer la necesaria
presión para lograr este objetivo. Y, ya de paso,
aprovechamos para dejar constancia de que la comisión
propuesta por el Ministro de Fomento durante su reciente
estancia en Ceuta, para analizar el asunto, nos parece poco
más que un simple gesto amistoso.
La trayectoria de los gestores de la actual Acutrans, pone
en evidencia su escaso interés en lo común y más parece esta
supuesta denuncia, la respuesta a una llamada de auxilio de
quien con tanta virulencia se ha constituido en el eco de la
misma. Para una empresa cualquiera, la dependencia de una
determinada rotación de un barco en relación con la
prestación de su servicio, pone de manifiesto su escasa
apuesta por invertir en los bienes suficientes para ir
reduciendo esa dependencia. ¿Podría ser esta la causa real
de la supuesta denuncia y la amplificación de la misma desde
una determinada plataforma?.
Hay quien se pone nervioso cuando ve que aquellos a quienes
considera “enemigos” se preparan mejor, se pertrechan con
mejores equipos y le pasan a velocidad de vértigo como lo
hacía Indurain en las contrareloj cuando pasaba a Pantani. Y
los nervios afloran y se contagian, pero no sirven para
ganar, sino para hacer trampas solamente.
Que Ceuta necesita una red de comunicaciones ágiles y
asequibles con la Península es un principio irrenunciable,
pero pretender que se adapten al interés de pocos, sin
practicar un análisis global que busque el beneficio de
todos, no deja de ser una conducta zafia, por mucho que se
envuelva en el manto raído del patriotismo ceutí con el que
algunos quieren seguir apareciendo en sociedad.
La mejor defensa de los intereses de Ceuta se pone de
manifiesto cuando se invierte en ella, cuando se mejoran sus
estructuras empresariales y cuando la apuesta es clara y
evidente y no se circunscribe a unas cuantas frases escritas
o a unas simples declaraciones. Pero claro, eso cuesta
dinero y cuando se trata de eso, el lobito bueno y su colega
que le presta el altavoz, sólo saben meter, nunca sacar.
Tomen nota y no pierdan de vista el hilo.
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