Por lo que habrá que cuidar, no
sólo los síntomas de cualquier tipo de enfermedad, sino
también, y especialmente, “mimar” las instalaciones
existentes para combatir todos los aspectos que las
deterioren.
Me deja perplejo la noticia de que “filtraciones de agua
obligan a suspender la cirugía programada”. ¿En esas
estamos?. ¿La parte noble de un hospital no está resguardada
de todo tipo de problemas que puedan afectar al edificio?.
Estamos ante uno de los asuntos más graves que pueden darse
en nuestros días, para mejorar la salud. Y es que no me
extraña que por las insistentes y persistentes lluvias,
además del tremendo viento, haya goteras en una nave, vuelen
las uralitas de un tejado, se resquebraje una terraza o haya
inundaciones en un sótano. Eso es posible y asumible, además
de que entra en las posibilidades y en los imprevistos, pero
que el quirófano de un hospital, por viejo que sea, tenga
goteras, eso ocurre aquí y dudo que suceda en muchas más
partes del mundo civilizado de hoy.
Es cierto que ha llovido mucho, es más cierto que no se
esperaban unos aguaceros como los que ha habido, pero de ahí
a que las aguas traspasen todo lo explicable y lo no
explicable, hasta llegar a un quirófano, media un gran
abismo y nos demuestra, una vez más, que para salir en la
foto, cuando llega una inauguración, hay codazos y “hasta
patadas en las espinillas”, pero para saber lo que tenemos y
saber tenerlo acondicionado, habrá que esperar a otro
momento.
Causa sonrojo ver en letras de molde este tipo de
información:” Uno de los quirófanos ha debido ser clausurado
y el otro se ha abierto para las intervenciones quirúrgicas
urgentes, después de cerrarse para protegerlo del polvo y
los malos olores”.
¡Ojo!, que estamos en Ceuta, esto es, en España, y a
mediados de enero de 2010,cuando llevamos varios meses
hablando del otro hospital que no está todavía utilizándose
como se necesita, ni de lejos, y que para más INRI, parece
que “el agua también ha afectado a los quirófanos del nuevo
centro”. Una auténtica vergüenza, sólo explicable cuando
unas edificaciones modernas, de última hora, a tono con lo
que se necesita hoy, no parecen haber sido revisadas, hasta
en sus más mínimos detalles, tanto en la calidad, como en la
seguridad.
Doble problema, pues, en el “viejo hospital de la Cruz Roja”
y en el nuevo “Hospital Universitario de Loma Colmenar”.
De momento, cuando estoy escribiendo, no he oído ningún tipo
de manifestación sobre el asunto, nada más que a la
presidenta de la junta de personal del Ingesa, E. Muñoz,
cuando ha dicho:” No he podido verlo con mis propios ojos,
porque no tengo acceso a esa zona del nuevo hospital, pero
quienes sí lo tienen aseguran que las inundaciones han
afectado, también, a sus quirófanos”, para a continuación
seguir diciendo:” menos mal a que no hicieron el traslado en
diciembre, como dijeron en principio, porque al menos,
ahora, tendrán tiempo de arreglarlo”.
Buena cosa, reparar la obra sin haberla inaugurado. ¿Quién
va a dar de paso esa obra, con totales garantías?.
Y la pregunta que se hace media Ceuta:” Es que aquí se
instalan los quirófanos en las partes más vulnerables de los
hospitales. Según y como, dirán otros, porque, que se sepa,
en ese gran hospital que era y es el militar, esos
problemas, parece que no han existido. Naturalmente, había
otro control.
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