El satisfactorio éxito que las
rebajas del comercio ceutí están teniendo entre los
ciudadanos del país vecino, gratificante para todos y muy
especialmente para la recuperación de este vital sector de
la economía local, tuvo ayer como efecto secundario la
formación de unas colas larguísimas desde la frontera del
Tarajal, donde las autoridades marroquíes tuvieron la
infeliz idea de extremar los controles sobre la
documentación de quienes la transitaban de vuelta a sus
hogares. El hecho no tiene sólo la desagradable repercusión
de restar atractivo a cualquiera de los afectados para
volver a Ceuta en semejantes condiciones, sino que también
perjudica a muchos ceutíes residentes en la periferia, por
lo que las instituciones deberían actuar en consecuencia.
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