La negativa del delegado del Gobierno y del propio PSOE de
Ceuta a cesar a ninguno de los actuales directores
provinciales y más concretamente al de Educación o, como mal
menor, al del INEM, es la causa inmediata de la ruptura de
las conversaciones entre UDCE y los socialistas para unirse
bajo unas solas siglas, las de la rosa. Ahí encalló sin
remedio el “proyecto con capacidad real de ser alternativa
de Gobierno al PP” que Carracao asumió a finales de
noviembre cuando un antiguo dirigente de su partido,
desvinculado del mismo hace tiempo, le planteó la
conveniencia de iniciar. “Lo hemos intentado todo”, dijo
ayer, sin casi ningún reproche.
Con ese punto Hugh Grant de caballero inglés que gasta el
secretario general del PSOE de Ceuta, José Antonio Carracao,
se presentó ayer ante los medios a primera hora de la mañana
para explicar por qué su historia de amor con UDCE tampoco
ha llegado a buen puerto. Lo hizo sin reproches y con tacto,
sin acusar a terceras personas aunque insinuando que han
tenido su influencia, atribuyendo al “vértigo” de los de Ali
a disolverse y no a intereses espúreos su miedo a consumar,
diciendo que iba a contar toda la verdad sin llegar a tanto,
reconociendo que al final todo ha sido un querer y no poder
darle al primer grupo de la oposición lo que quería: colocar
a uno de los suyos al frente del INEM o en la Dirección
Provincial de Educación.
Algo en el PSOE hace que sus responsables teman lo público
como a la bicha en una ciudad que les electoralmente hostil
desde hace más de una década. En 2008 se empecinó en ocultar
su proceso de refundación y en buena medida de aquellos
lodos vienen estos polvos. Ahora, en no hablar ni comentar
de qué iban sus conversaciones con UDCE. Carracao empezó
ayer a hablar ante los medios pidiendo perdón a los
periodistas por sus calladas, pero apenas dos minutos
después reconoció que, a su juicio, desde el mismo momento
en el que los periódicos se hicieron eco de las
negociaciones las cosas empezaron a ir a peor.
“Fueron apareciendo peticiones”, lamentó en alusión al modo
de actuar de UDCE, “que después se iban concretando en
nuestros encuentros”, argulló como excusa Carracao, que
quiso dejar claro que lo de coquetear con UDCE fue una
apuesta “personal” que recibió el apoyo unánime de su
Ejecutiva Regional y el visto bueno, no preceptivo, de la
Secretaría de Organización de Ferraz, y una estrategia en la
que creyó “hasta el último momento”.
Sea por lo que fuere, es cierto que el líder socialista
ceutí inició 2010 confiando en que el acuerdo que propiciase
la disolución de UDCE, la incorporación de siete de sus
miembros a su Ejecutiva (y, por tanto, al Comité Regional
del partido) en calidad de delegados y la incoporación como
militantes socialistas “sin ninguna cortapisa” de los de la
formación localista podía llegar a concretarse.
Ali, que también tenía el respaldo de su Ejecutiva para
llegar hasta el final, empezó a caerse del caballo bastante
antes. El 30 de diciembre, cuatro días antes de que
apareciese en los medios, tocó tierra. En la última reunión
a la que asistió personalmente, trasladó personalmente a
Carracao su sine qua non: la Dirección Provincial del
Ministerio de Educación, para la que ya había solicitado que
se le escuchase cuando pidió el apoyo para el PSOE en las
generales de 2008, o, como mal menor, la del INEM.
Fue algo más, a ojos de UDCE, que una postura negociadora
maximalista. Era la prueba de fuego, el paso del Rubicón,
para vencer el recelo a dos despechos seguidos, los de 2004
y 2008, de promesas olvidadas que no dejaban de recordarles
quienes rechazaban un acuerdo.
Paradójicamente, el secretario general del PSOE le dio ayer
toda la razón a los argumentos de Ali: “Querían un cargo de
gestión en el que se visualizara la capacidad del colectivo
musulmán para asumir cargos de responsabilidad y es un
argumento compartido al 100% por mí y por mi Ejecutiva”,
dijo.
Que UDCE quería eso debía haberlo entendido Carracao,
consideran los de Ali, bastante antes. El líder socialista
pensó, sin embargo, que cabía negociar. Puso sobre la mesa
puestos muy bien remunerados en la Casa del Mar, en MUFACE
y, al final, hasta la Dirección Provincial de Trabajo que
ahora ocupa, sin ningún peso político, Remedios Muñoz.
Las alternativas ni siquiera se tuvieron en cuenta
seriamente por los localistas, que hicieron del asunto la
piedra filosofal de su posición negociadora. Carracao,
explicó ayer, ni pudo ni quiso llegar más allá.
“Había una fórmula”
A su juicio, compartido con Fernández Chacón, no era justo
cesar a mitad de legislatura ninguno de los actuales
directores provinciales “porque están haciendo un buen
trabajo”. En privado dar tal paso le hacía temer que la
ciudadanía lo interpretase como un “mercadeo” político.
“Había una fórmula, que hubiera podido recogerse como
compromiso por escrito, para que un miembro de UDCE, ya como
compañero socialista, accediese a una Dirección Provincial
durante este año por los movimientos que se intuyen que
pueden producirse”, detalló Carracao asegurando no saber de
qué puesto se trata aún siendo incierto.
“Sin embargo, ayer [por el viernes] el secretario general de
UDCE [Musa Rahal], en una reunión en la que eché de menos a
su presidente”, deslizó Carracao en uno de los escasos
reproches que verbalizó al explicar el fracaso, “se parapetó
en Educación”. Y ese era un cargo inaccesible, lazos
familiares [Melgar es padrino del secretario general
socialista] al margen, porque por lo visto la Delegación
está especialmente satisfecha con su labor.
El director provincial se debía sentir tan seguro en su
puesto que el 28 de diciembre se permitió inocentar a los
íntimos con un Boletín Oficial del Estado trucado en el que
se daba a conocer su próximo paso al Ministerio de Cultura.
“Yo creo que les ha dado vértigo tomar la decisión de
disolverse, que yo pensaba que tenían más meditada, y me
reservo la opinión de si terceras personas han influido
sobre su postura”, hilvanó Carracao, que dijo no sentirse
defraudado por UDCE y que aseguró comprender que un partido
no puede disolverse “sobre simples cantos de sirena”.
“Hemos ofrecido todo, hemos apostado y correspondido desde
la honestidad a sus posiciones y hemos hablado en igualdad
de condiciones desde el reconocimiento a un partido que nos
acompaña en la oposición, anteponiendo lo que nos une a lo
que nos separa para llegar a trabajar juntos por Ceuta y por
los ceutíes desde el PSOE y sus valores”, completó Carracao,
que dijo querer un partido abierto “a todos los que quieran
estar en él excepto a quienes la Federal se ha pronunciado
en contra [en alusión a los expulsados hace 13 meses]”.
Desgranó que el PSOE sólo exigió que uno de los suyos
encabezara la lista a las autonómicas de 2011; negó que
propusiera una lista de cremallera ‘dos a dos’ a partir del
número 3 y aseguró estar de acuerdo con que fuese ‘uno a
uno’. Tampoco había pegas con la portavocía del futuro grupo
único en la Asamblea que ya tenía el beneplácito explícito
para su creación del PP. Ni discrepancias ideológicas, al
contrario: “Hemos visto que nuestra sintonía ideológica es
mucho mayor de lo que pensábamos”, asumió tras anunciar que
su oferta a UDCE seguirá sobre la mesa “un tiempo
prudencial”.
“Desmontando” mitos
Más o menos, explicó posteriormente, lo justo para que la
ciudadanía no interprete un acuerdo posterior como una
simple alianza electoral en busca de sus votos “sólo para
desbancar al PP”. “Esa era mi diferencia con la candidatura
que me disputó la Secretaría General del partido, que yo
siempre me he opuesto a un conglomerado de siglas o a una
coalición preelectoral”, distinguió antes de situarse en la
búsqueda de “un proyecto con capacidad real de ser
alternativa de Gobierno” para lo que no dudará en “seguir
desmontando mitos sobre la vocación de apertura e
integración de este partido, abriendo y si es necesario
quitando su puerta”.
Con UDCE le hará falta más: la formación que preside Ali
“descarta” disolverse, sobre todo porque las tomas de
temperatura que sus líderes han hecho al respecto entre sus
bases no han recibido el apoyo necesario. Ali seguirá, por
tanto, trabajando en su alianza con el PSPC de Aróstegui.
- “¿No le parece un tanto chusco a ojos de la ciudadanía que
la anhelada unidad de los progresistas de Ceuta se frustre
por un cargo?”, se le preguntó ayer a Carracao.
- “UDCE es quien ha antepuesto un cargo. Nosotros hemos
puesto todo a su disposición, pero no vemos ningún motivo
para cesar a nadie”, reiteró.
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