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OPINIÓN - SÁBADO, 9 DE ENERO DE 2010

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

Descanse en paz Atención Primaria de Ceuta

Por SATSE


El sistema sanitario español se comenzó a reformar allá por 1984, fundamentalmente a nivel de atención primaria. Desde entonces, la responsabilidad de los profesionales de atención primaria no se ha limitado a los aspectos curativos (cuidados) de los problemas de salud, sino que se han extendido al ámbito de la prevención y promoción de la salud, tanto a nivel del individuo como de la comunidad.

La Ley General de Sanidad de 1986 refrendó la estrategia de desarrollar de forma conjunta los servicios y actividades curativas y de prevención, aunque muchos años después de la promulgación de la Ley, todavía no se había conseguido un grado óptimo de integración de ambos ámbitos.

Fue necesario realizar grandes esfuerzos para conseguir una adecuada priorización de estas actividades, tanto por los planificadores y gestores de la sanidad como por los propios profesionales de los equipos de salud, a menudo reacios a abandonar un sistema de salud por cupos, obsoleto y masificado, que se ceñía exclusivamente a la demanda de la población, con una nula dedicación a las actividades preventivas y de educación para la salud.

Por otro lado, el trabajo en equipo del personal sanitario, permite una atención integral del individuo, actuando también en su entorno familiar y comunitario. Todo ello ha favorecido el nivel de información de la población y se había traducido en un aumento de la satisfacción de los usuarios de los centros de salud.

Este arduo trabajo, este cambio en la mentalidad, tanto de la población como de los profesionales sanitarios, ha sido lento y progresivo, pero, sin duda alguna, fructífero y esperanzador.

Los profesionales de atención primaria han tenido que enfrentarse a la insuficiencia de medios, de infraestructuras e incluso de tiempo. Pero ahora, tras luchar contra viento y marea, los profesionales sanitarios y no sanitarios chocan con el muro infranqueable de una mala gestión que ha llevado a la atención primaria de vuelta a los modelos de antaño que tanto nos costó desterrar.

La falta de sustitución del personal fuerza continuamente a cambios en la actividad programada, tanto de la enfermería como de los médicos, llegando a desaparecer casi por completo. Se da el caso de que las revisiones de niño sano, primordiales en la atención preventiva, se posponen una y otra vez (bien por los permisos y bajas no sustituidas o bien por los salientes de guardia que el INGESA tiene que otorgar a quienes realizan los refuerzos del Servicio Normal de Urgencias).

Y la última puñalada mortal a la primaria ha sido la nueva “organización” que ha ordenado el Director de Atención Primaria de nuestra Ciudad, según la cual un mínimo de un 71% de la jornada laboral de los facultativos debe dedicarse a la atención de la demanda y de la consulta de “no demorables” (lo que la gente llama “urgencias”).

…Adiós a la consulta programada, adiós a la prevención y a la promoción de la salud, adiós a la educación sanitaria y al trabajo en equipo…Lo único que parece importar es el aumento de las estadísticas. Es decir, más pacientes en, cada vez, menos tiempo. Y aunque quieren más avisos a domicilio, una enfermería sobrecargada se ve obligada a dejar la actividad programada a domicilio en pro de la puramente asistencial (extracciones de sangre, inyectables o curas).

Mientras, el personal, más descontento, más desmotivado y más ¡agredido!…, como si de ellos dependiera atender aglomeraciones en tiempo record. Si no hay suficiente personal el tiempo de espera se multiplica, y la impaciencia del usuario se desborda, culpabilizando a unos trabajadores que ya bastante tienen con tener que cargar con su trabajo y con el de los compañeros no sustituidos, para encima, tener que soportar las quejas de los usuarios que quizás deberían dirigir a la Delegación del Gobierno o al Ministerio correspondiente, a ver si así no caen en saco roto.

La experiencia de las últimas décadas muestra como los principios que integran la atención primaria producen resultados mejores y más eficientes, tanto a nivel individual como para la salud pública. A pesar de ello, y después de tantos sacrificios por levantar un modelo de salud basado en la atención integral, para lograr comunidades y familias saludables, esta Dirección ha conseguido destruir, en poco tiempo, todo lo conseguido.

Gracias a todos los Profesionales de Atención Primaria del Área de Salud de Ceuta por su esfuerzo y dedicación durante tantos años y Réquiem por el alma de una Atención Primaria muerta.
 

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