Capitanía Marítima ha lanzado un mensaje de tranquilidad a
la población asegurando que la carga de lignosulfato de
sodio que quedará abandonada en el ‘Rhone’ tras la
repatración de su tripulación no resulta peligrosa y está
clasificada con el menor nivel de contaminación de
mercancías químicas. El futuro del barco y de la mercancía
depende, en principio, del armador y del propietario de la
carga.
La tripulación del Rhone abandona el buque quimiquero en
aguas de Ceuta el domingo por la tarde dejando una mercancía
de cerca de 3.200 kilogramos de lignosulfato de sodio.
Sin embargo, el capitán marítimo, Jesús Fernández Lera,
lanzó ayer un mensaje de tranquilidad explicando que esta
carga se halla segura en los tanques de aluminio del barco,
que se encuentran en perfecto estado. En todo csao,
Fernández Lera subrayó que no se trata de una mercancía
peligrosa y la menos contaminante de la escala de
clasificación. Esta escala se divide en x, y, z y el
lignosulfato de sodio está clasificado como z.
A partir de ahí, la Capitanía Marítima mantiene los
contactos con el armador de registro del buque, el banco
turco Yupi Kredit Financial, y los propietarios de la carga
para que se hagan cargo de ella y del barco quimiquero,
aunque pesan tres embargos sobre el mismo dictados por los
juzgados de Ceuta.
La pretensión es también mantener un retén de varios
marineros a bordo del Rhone para que se encargue de su
vigilancia en tanto no se resuelve el asunto anterior.
De no ser así, tendrá que ser la propia Administración
española la que entre en acción y, en este sentido, ya se
han iniciado contactos con la Autoridad Porturia de Ceuta
para aclarar este extremo.
Según explicó a este medio el presidente de la Autoridad
Portuaria, José Torrado, existe un acuerdo tácito con
Capitanía Marítima para blindar el barco cuando se marchen
los tripulantes y vigilar su seguridad.
En todo caso, el Fernández Lera negó que se hayan producido
hasta ahora incursiones de personas del exterior en el buque
quimiquero y aseguró que la seguridad del barco se encuentra
garantizada.
Los tres embargos que pesan sobre el barco responden, en dos
de los casos, al impago del combustible a una empresa rusa y
a otra turca. El tercero ha sido dictado como medida
preventiva por los salarios no abonados a la tripulación
desde hace siete meses.
|