Esta vez tampoco ha podido ser. UDCE y PSOE acordaron ayer
suspender las negociaciones que mantenían abiertas desde
hace más de un mes para lograr la integración del primer
partido de la oposición en las filas socialistas previa
disolución al no poder satisfacer las reivindicaciones que
ambos habían planteado como mínimos para llegar a un
acuerdo. La ruptura de las conversaciones se produjo ayer
por la tarde de mutuo acuerdo. Hoy será explicada por
Carracao y la semana próxima por UDCE.
UDCE no se disolverá en la Asamblea que celebrará a finales
de mes para propiciar la integración de sus dirigentes y las
bases que así lo deseasen en el PSOE de Ceuta. Ambas
formaciones acordaron ayer suspender sus negociaciones para
llegar a ese puerto de mutuo acuerdo y sin mosqueos.
Simplemente no ha sido posible, explicaron fuentes de ambas
formaciones a este periódico. Con su secretario general en
Ceuta pero ilocalizable, los socialistas fueron refractarios
a hacer cualquier comentario al respecto esperando quizá a
que fuera su líder, José Antonio Carracao, quien diese su
versión oficial de los hechos esta mañana a las 11.30 horas,
momento en el que ha citado a los medios en su sede de la
calle Daoiz para ofrecer una comparecencia.
UDCE también se remitió a una rueda de prensa que, según
indicó Mohamed Ali, ofrecerá el primer partido de la
oposición en la Asamblea la semana que viene para dar cuenta
de los acontecimientos que han precipitado la resolución de
las negociaciones
Superadas ciertas peticiones de máximos iniciales, más
dirigidas a la galería que a otra cosa, UDCE y PSOE se
pusieron rápidamente de acuerdo mientras su diálogo no se
hizo público en que Carracao sería el número 1 en la lista a
las autonómicas de 2011, en que dirigentes de UDCE se
incorporarían a la Ejecutiva Regional socialista en calidad
de delegados y en que no habría cortapisas a la entrada de
militantes de los localistas en el censo socialista.
Quedaron sobre la mesa, entonces, tres grandes puntos de
fricción. El primero y más importante, el relativo a la
imperiosa necesidad que UDCE apreciaba de que su
desaparición tuviese como contrapartida su acceso a un
puesto en el organigrama de la Administración General del
Estado que “visualizase” el nuevo mapa político y su
capacidad de gestión institucional. Carracao chocó ahí con
las reticencias del delegado del Gobierno, que además es su
jefe directo, a mover fichas en la Delegación. La que
parecía inminente salida de Milagros García de la Unidad de
Promoción y Desarrollo (UPD) al CETI allanaba el camino,
pero los retrasos acontecidos en dicho cambio lo
enrarecieron.
El 30 de enero Ali planteó un órdago a los socialistas para
pulsar su verdadero compromiso con el pacto y solicitó
hacerse cargo de la Dirección Provincial del Ministerio de
Educación, que ocupa Aquilino Melgar, o el INEM, donde está
Carlos Torrado.
Más fácil hubiera sido acordar que las listas fueran de
cremallera de uno en uno, como reivindicaba UDCE, y no de
dos en dos a partir del tercer puesto, como propuso el PSOE.
Tampoco parece que hubiera habido mayor pega en que Ali
fuese el portavoz de ese grupo único que se podría formar al
amparo del nuevo Reglamento de la Asamblea que se debe
elaborar de inmediato.
El proyecto de forjar “una alternativa de izquierdas” al PP
en el seno del PSOE aún sin el PSPC, que ni fue invitado ni
mostró interés alguno en entrar en el proyecto en las
condiciones actuales, naufraga así de nuevo sólo año y medio
después de que también lo hiciese justo antes de las
generales de 2008, en aquel momento por el disgusto que
causó en Ferraz, que entonces como ahora bendecía el
proceso, una noticia aparecida en la prensa nacional.
El colapso de las conversaciones satisface los deseos del
núcleo ‘histórico’ del PSOE de Ceuta, que no ha ocultado en
privado sus recelos y sus discrepancias con el camino
emprendido por Carracao al abrir las puertas de su partido a
Ali y compañía.
En la UDCE los reparos eran menores y se circunscribían casi
exclusivamente a quienes pensaban, como los líderes del PSPC
que no habría dos sin tres y que los socialistas volverían a
“engañar” a los localistas con cantos de sirena que nunca se
concretarían en una verdadera relación inter pares. Ninguna
de las fuentes consultadas en los dos partidos ayer por este
periódico interpretaron la suspensión de las conversaciones
como una ruptura traumática y los más avezados abrieron
incluso la puerta a recuperar la ‘hoja de ruta’ inicial de
Carracao, que pasaba por propiciar un acuerdo no tan
apresurado.
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Entre la “naturalidad” y la “visualización” del compromiso
Escamado por el resultado,
frustrante desde el punto de vista de su Ejecutiva, de los
apoyos y conversaciones mantenidas con el PSOE en las dos
últimas generales, UDCE afrontó las negociaciones que se
rompieron ayer como las que podían ser las definitivas.
Carracao también. Sus puntos de vista sobre ellas eran, sin
embargo, bastante distantes. Mientras que el líder
socialista entendía que la mutua confianza y la
“naturalidad” debían ser, sin gestos, nombramientos ni
decisiones traumáticas o grandilocuentes, las bases de las
mismas, en el partido de Ali se creyó que los socialistas
debían dar pruebas fehacientes, visibles y palpables más
allá del verbo de su verdadero compromiso con el pacto más
allá de encontrar un puesto bien remunerado. No fue posible.
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