Así es como en un barrio muy
conocido de Valladolid pretenden sus vecinos mostrar el
descontento y el miedo que existe allí por el menudeo de
aquellos que se dedican a llevar a la Barriada de los
Pajaritos, de la localidad pucelana, esa serie de productos
que tanto daño está ocasionando a la población,
especialmente a los jóvenes.
Y es que estamos ante una práctica que no cesa, ni en
verano, ni en otoño, ni en Semana Santa, ni siquiera en
Navidades.
Hace muy pocos días veíamos como, acaso por “despiste”, ya
es lamentable, había llegado hasta Cáceres, en un cargamento
de plátanos, una serie de cajas en las que iba camuflada la
droga, en grandes cantidades.
Esto no tiene días de fiesta, y buena cuenta de ello puede
dar la Guardia Civil de Ceuta que en tres o cuatro días, en
los primeros del año, en el Puerto de Ceuta han detenido a
13 personas y han logrado “capturar” más de 400 kilos de
hachís.
Un servicio más, el primero de gran volumen de este año 2010
que acabamos de comenzar y en el que la Guardia Civil que no
hace ostentación de nada más que de cumplir, perfectamente,
con su función ha vuelto a ser el paradigma en el que
debemos fijarnos, por su modélica y continua
profesionalidad.
Los 421 kilos con 570 gramos de droga, dicen los expertos
que en el mercado, en su mercado, hubiera podido suponer un
valor de 590.000€, o lo que es lo mismo, todo un regalo de
Reyes para aquellos desaprensivos que estuvieran en el
negocio.
Bien ha cumplido la Guardia Civil y bien ha correspondido en
unos días de paga extraordinaria, devolviendo con creces,
desde su punto de trabajo, esa paga que merecidamente, como
cualquier otra persona, recibieron hace pocos días.
Y es que en menos de cuatro días, desde el 31 de diciembre,
despedida del año, al día 3 de enero, la Guardia Civil
adscrita al Puerto de Ceuta ha interceptado uno de esos
cargamentos que habría dado mucho dinero a unos pocos y
habría perjudicado muy seriamente la salud de muchos,
posiblemente, jóvenes en su mayoría.
Y cuando se ponen medallas no sé con qué méritos a lo largo
de muchos meses, y cuando se dan condecoraciones a otros que
poco arriesgaron desde sus profesiones, uno se tiene que
acordar de una serie de hombres, que llevan a gala su
uniforme, que son dignos representantes de orden y que
siempre, desde su fundación, fueron legítimos guardianes de
la seguridad, en tiempos de bonanza y en tiempos de
penurias, con la particularidad de que, ni de lejos, son los
mejores pagados.
Así es la Guardia Civil, cuerpo por el que profeso auténtica
admiración.
La droga, en este caso, parece que iba oculta en varios
vehículos, con lo que los presuntos responsables de
introducir “estos productos” a la península han sido
detenidos. El viaje les fue cortado a los “presuntos”
traficantes, que no lograron llegar a Algeciras, como sería
su deseo.
La Guardia Civil, los agentes que estaban de servicio, no
estaban festejando la entrada del Nuevo Año, ni el comienzo
del mismo. Los “transportistas” de esos productos parece que
preferían viajar, posiblemente, pensando que habría menos
controles. Al final, los profesionales superaron a los
“aficionados” a esas prácticas que tanto nos molestan. Un
buen trabajo, como de ordinario.
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