Me preguntaba un amigo mío, si en
este año me iba a cantar, en varias ocasiones, “no tirarme
bocadillos de jamón, que me voy a a mosquear”, para celebrar
algún que otro acierto antes de que este se produzca, y
cuáles eran las pautas a seguir para conseguir esos
aciertos.
Los aciertos, querido amigo, no surgen por casualidad pero
tampoco son difíciles de predecir, basta con contemplar el
panorama político que nos rodea, examinando el mismo desde
la independencia que te da el no ser político, ni tener que
defender a ningún partido, como le sucede a todos aquellos
que han hecho de la política una profesión, y no hay un dios
que sea capaz de arrebatarles el sillón sobre el que tienen
sus señoriales posaderas.
Vengo diciendo, por activa y por pasiva, que la Ley
Electoral, por la que se rige este país nuestro, está
trasnochada y caduca, debiendo ser cambiada por otra que
vaya acorde con los tiempos en los que vivimos.
Una vez que dije esto se fueron sumando a esa idea varios
partidos políticos que se veían, gravemente, afectado por el
actual sistema, en el que sacando un mayor número de votos
que otros partidos, veían como el suyo tenía menos
representantes en el Congreso. Cosa que además de ser una
incongruencia es algo difícil de entender teniendo en
cuenta, que según se dice, la democracia es el dominio la
mayoría que, al fin de cuentas, es la que decide.
Un ejemplo palpable, es el caso de IU que sacando mayor
número de votos, presentándose en todo el territorio
nacional, tiene menos diputados que ERC que, además, sólo se
presenta en Cataluña.
Mí teoría del cambio de la Ley Electoral, estaba basada en
esa incongruencia y sobre todo, que el que quiera tener
representación en el Congreso, debería presentarse en todo
el territorio nacional.
Con este sistema, de tener que presentarse, en todo el
territorio nacional, para tener representación en el
Parlamento español, se acabaría el cuento de esos partiditos
nacionalista, aldeanos puros, que jamás llegarían a alcanzar
el cinco por ciento de los votos necesarios para ocupar un
puesto de diputado en el Congreso.
Por qué no se reforma la Ley Electoral, sabiendo los
beneficios que puede aportar al Estado Español, la
desaparición de unos partiditos, que con sólo tres votos,
pueden ser la llave para gobernar y las consecuencias, nada
beneficiosas, que eso conlleva.
A la petición que, por activa y por pasiva, hemos venido
realizando, pidiendo que se cambie la Ley Electoral, se han
venido uniendo partidos políticos de implantación nacional y
algunas que otras voces, con gran peso político dentro del
estado Español. Todos ellos sabiendo los beneficios que ese
cambio le puede aportar a España con la desaparición incluso
de algún que otro chantaje a la hora de dar su voto.
Y a esos partidos de implantación nacional, a esas voces con
gran peso político en el panorama español, se ha unido, José
Bonos, que vería con buenos ojos un cambio de la Ley
Electoral, teniendo que presentarse, los partidos políticos,
en todo el territorio nacional. Amigo, lo voy a cantar, una
vez más:”No tirarme bocadillos de jamón, que me voy a
mosquear”.
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