Desde hace más de diez años en Ceuta se han puesto en marcha
diferentes técnicas complementarias aceptadas por los
organismos más importantes del mundo en la medicina formal,
pero que de ninguna manera intenta reemplazar a la medicina
tradicional. Una de ellas es el Reiki, una terapia que
colabora con la misma, mejorando la predisposición y la
energía del paciente que decide tratarse.
Además de los diferentes talleres, cursos e intercambios,
actualmente y desde hace 2 años, se realizan sesiones de
voluntariado en las que especialistas tituladas en esta
terapia se encargan de ponerla en práctica y hacerla llegar
a toda la gente que tenga interés y lo necesite
El Reiki es un sistema japonés de canalización de energía.
Fue redescubierto por Mikao Usui a finales del siglo XIX,
pero hay escritos donde se describen sus símbolos con miles
de años de antigüedad. La medicina oriental trabaja al
hombre desde un punto de vista global, más complejo y más
completo que la medicina alopática, lo que ofrece cantidad
de terapias complementarias (que no alternativas) que se
suman a los beneficios ya conocidos de la medicina
tradicional.
La palabra Reiki significa energía vital universal; rei,
universal y ki, energía vital. Los chinos la denominan chi,
los hindúes prana, y diversas culturas milenarias ofrecen
sistemas ancestrales para conseguir ese equilibrio general.
Desde técnicas activas, como el yoga y el tai-chi, en las
que se realizan ejercicios de respiración concentración y
diferentes posturas para potenciar y equilibrar dicha
energía, hasta terapias como la acupuntura, que trabaja con
meridianos y puntos a través de todo el cuerpo y que buscan
ese equilibrio mediante el uso de agujas y distintos
complementos y el shiatsu que también usa puntos energéticos
y diferentes tipos de manipulaciones.
La medicina oriental entiende que cualquier desequilibrio a
nivel físico está directamente relacionado con otro
desequilibrio a nivel energético, por lo que es fundamental
tratar los distintos niveles para alcanzar ese estado de
armonía física, mental, emocional y energética. El
practicante de reiki, a través de unos talleres/cursos
aprende a canalizar energía y a equilibrarla trabajando con
las manos en diferentes posiciones sobre el cuerpo del
receptor. Reiki trabaja sobre puntos principales energéticos
del cuerpo denominados chakras, cuyo funcionamiento correcto
incide directamente sobre el funcionamiento de diferentes
glándulas y órganos vitales, y sobre otros canales llamados
nadis, por donde fluye dicha energía.
Técnicas milenarias tibetanas entienden que cuando se
manifiesta una enfermedad es porque en el cuerpo algo
funciona de forma ‘no armónica’ y Reiki al igual que otras
técnicas restablecen dicha armonía. El practicante de esta
técnica no pone nada de su propia cosecha, no trabaja con su
propia energía, simplemente canaliza energía universal y
equilibra el sistema energético del receptor.
Reiki no cura sino que activa los diferentes mecanismos de
autoregulación que todas las personas poseen. No está ligado
a ninguna creencia o fe en particular, es algo completamente
independiente a religiones o filosofías. Es una herramienta
importante que, hoy por hoy, ya se utiliza en hospitales
sumándose a los tratamientos convencionales. En Inglaterra
funciona dentro de su sistema nacional de salud y en España
ya existen grupos de trabajo en centros hospitalarios. En el
12 de Octubre, en Madrid, se usa como ayuda en pediatría, en
tratamientos del dolor y en oncología. Reiki ayuda a
eliminar toxinas, por lo que usado como terapia de apoyo.
Minimiza los efectos secundarios de los tratamientos
convencionales, proporcionando a los receptores mayor
calidad de vida.
A nivel mental, Reiki proporciona una sensación de calma y
relajación que siempre es positiva en cualquier persona y
situación proporcionando, entre muchos otros beneficios, un
mayor grado de paz. A nivel emocional ayuda a desbloquear y
exteriorizar emociones retenidas que dañan a niveles
profundos. Ayuda a acelerar los procesos de reequilibrio, a
activar esos mecanismos antes mencionados y su practica
regular ayuda a mantener y aumentar la calidad de vida.
En este momento, en el mundo en que vivimos, es importante
saber utilizar las herramientas de las que se dispone para
mejorar la vida, ampliar los niveles de conciencia, crecer
como personas y optimizar todos los recursos que hoy por hoy
se encuentran a disposición y al alcance de todos.
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