Los Reyes Magos de Oriente pusieron ayer punto y final a
estas fiestas navideñas que desde el pasado día 24 de
diciembre se han venido celebrado. Cientos de niños
madrugaron ayer para ver si finalmente Melchor, Gaspar y
Baltasar habían sido fieles a las peticiones de las cartas
recibidas dejando los juguetes y regalos deseados. Las
videoconsolas o juegos electrónicos volvieron a ser los
regalos preferidos, aunque las bicicletas, los Nenucos, los
coches teledirigidos, en definitiva, los juguetes de toda la
vida, siguen teniendo su importante presencia en el mágico e
ilusionante Día de Reyes.
Unos u otros, Papá Noel o Reyes Magos, todos cargan de
ilusión a los niños y les dejan regalos para seguirles
recordando que la infancia es para jugar. Y eso es lo que
hicieron ayer, hartarse de jugar desde primeras horas de la
mañana hasta media tarde cuando ya empezaba a anochecer. No
es para menos ya que mañana todos volverán a su rutina
escolar con las clases y cada segundo con los nuevos
juguetes cuenta.
Este es uno de los motivos por los que muchos esperan con
más ahínco al hombre del traje rojo que baja por la chimenea
y es que tienen muchos más días para jugar. Aún así, los
reyes son los reyes y la mística de las mañanas del 6 de
enero se repitieron ayer como cada año en Ceuta.
Aunque alrededor de las 14.00 horas la lluvia volvió hacer
acto de presencia durante unos instantes para intentar aguar
la fiesta, decenas de niños, junto a sus padres, se echaron
a la calle y poblaron plazas y parques para disfrutar y
compartir sus regalos. Así, abundaron las bicicletas,
triciclos, patines y patinetes y otro tipo de transportes.
Todo ello bajo la atenta mirada de los padres quienes
también tenían algo que celebrar ya que ellos también
recibían regalos.
La explanada de la Marina o la plaza de los Reyes fueron los
puntos de mayor afluencia ayer 6 de enero, el día de los
niños por excelencia en nuestro país.
Daniel, de doce años de edad, esquiva obstáculos a lomos de
su bicicleta de montaña nueva de 21 velocidades. “Los
regalos que me han traido los Reyes me han encantado un
montón”, expresa enérgicamente, “además esta tarde la
aprovecharé para jugar con mi nueva pistola electrónica y el
juego de ‘Mario Bros’ para la consola Nintendo Wii”.
Alejandro, de seis años y hermano pequeño de Alba de once
años, monta una magnífica moto eléctrica adaptada para su
edad. Ante el aluvión de regalos que llegaron a casa de
Alejandro y Alba, el padre de ambos, que se llama José
Antonio, se justifica: “Yo deseaba dar a mis niños todo lo
que ellos querían, porque a nosotros -los mayores- también
nos gustaba que nos regalaran cosas en Reyes, si es que se
podía”.
José Francisco, el primogénito de Miguel que ya cuenta con
diez años, se encontró “cerca del portal de Belén del salón”
la bicicleta con la que echa una carrera con sus amigos del
cole. Su padre comenta que “también ha recibido un ordenador
que ya maneja mejor que yo”. Y es que esta nueva generación
cuenta con la ventaja de haber nacido en plena efervescencia
de las nuevas tecnologías de la información, luego parecen
estar preparados desde el útero para dominar tanto
ordenadores personales, como videojuegos y teléfonos móviles
sin el adiestramiento previo que necesitan sus padres.
Lucía, de un año y medio aproximadamente, anda sus primeros
pasos bajo la atenta mirada de su madre, Toñi. “Ella va a
necesitar otro dormitorio nuevo para meter todos los
juguetes que le hemos regalado”, expresa su mamá. Una moto
eléctrica, el “chandal rosa calentito” que luce Lucía, “unos
tenis”, un pupitre de colegial con juegos didácticos
parecido al que tiene en su guardería, “un carrito de bebé
con la muñeca que llora”, un perchero de peluche para que
cuelgue el abrigo, bolsas repletas de caramelos y golosinas,
un teléfono de juguete y un largo etcétera que hace pensar
que para sus abuelos y padres, la joven Lucía es el primer
bebé que ha llegado a la familia. “Esta es la primera
Navidad de la que tiene constancia la chiqui, porque el año
pasado apenas llegaba al año de edad”, sentenció Toñi
mientras seguía de cerca los pasos que daba su retoño.
Abandonamos los llanos de la Marina con la satisfacción de
ver felices a los pequeños de la Ciudad de Ceuta con sus
nuevos juguetes, con un día más para disfrutar de sus
regalos por que hoy jueves es festivo. Un día más en que las
risas infantiles ganarán en decibelios a los motores de los
coches.
Finalmente hay que destacar que también los hubo quienes,
bien por la inestable climatología o por las características
de sus regalos, prefirieron permanecer en sus casas
disfrutando de otro tipo de diversiones, las que les
proporcionaban los videojuegos, muñecas o juegos de mesa que
nunca faltan.
La ilusión y las ganas de jugar estuvieron dentro de niños y
mayores ayer.
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