Hay tradiciones que son un regusto para el paladar, como en
el caso del típico roscón de Reyes a base de masa cocida,
fruta escarchada, guindas, azúcar y rellenos de chocolate,
crema o nata.
Se trata del desayuno por antonomasia de la mañana de Reyes.
Aunque los hay golosos que han empezado a comérselos mucho
antes. Es el caso de Antonio López, que la víspera de Reyes
acudía a la Pastelería La Campana, en la calle Real, a
recoger el cuarto roscón que se ha zampado durante la Pascua
que acaba de terminar. “Hay que llevarle a todos los nietos.
Yo soy un abuelo viejo”, se excusa.
Sólo La Campana había vendido entre el 24 de diciembre y la
víspera de Reyes 3.500 roscos. Es posiblemente una de las
pastelerías de la ciudad que antes comienza a fabricarlos.
“Por que se venden”, apostilla una dependienta.
Rosa López iba por el mismo roscón que encarga todos los
años: “De crema pastelera. Es el que le gusta a mi marido”.
Y si el marido elige la crema, la hija se queda con todos
los regalos. “La niña se pone a cortar un trozo y otro trozo
hasta que localiza el obsequio cubierto por la masa”,
ilustra Rosa.
El trasiego en la pastelería de la calle Real es abundante y
la recogida de los encargos colapsa el despacho. Pero los
roscones también se pudieron ver en los tenderetes
ambulantes del Paseo del Revellín, la Plaza de la
Constitución o la Gran Vía, sin excluir los expositores de
las pastelerías musulmanas, a pesar de tratarse de una
celebración tan netamente cristiana.
La pastelería Vicentino vendió en las dos primeras horas de
la mañana del martes mil roscones. Desde la noche del lunes
a la del martes se dieron salida a tres mil. Ayer a las doce
del mediodía las vitrinas del despacho estaban vacías y el
obrador de la pastelería trabajaba a todo gas para disponer
de nuevas existencias y satisfacer la incesante demanda de
esta tradición culinaria.
Esta pastelería ha incorporado este año como novedad entre
los regalos del roscón la saga de los muñecos de Disney en
llaveros. Quienes tienen hijos con los que compartir el
rosco decían ayer agradecer el detalle.
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