La madre de una joven en silla de ruedas denunció ayer que
su hija tuvo que esperar en una de las paradas de Hadú hasta
cuatro autobuses urbanos y ninguno de ellos tenía operativa
la rampa de acceso a minusválidos. La joven tuvo que llegar
hasta el centro a bordo de su silla eléctrica y acompañada
de sus amigas. Aunque de regreso la empresa dispuso varias
personas para subirla a pulso al autobús.
La madre de una joven con discapacidad, vecina de Hadú,
denunció ayer que su hija tuvo que esperan en silla de
ruedas hasta cuatro autobuses seguidos porque ninguno tenía
la rampa de acceso a minusválidos en uso.
Según explicó M. A., su hija se dirigía con su silla
eléctrica y un grupo de amigas y primas hacia el centro para
presenciar la Cabalgata de Reyes. El primer autobús montó a
alguna de sus amigas pero la dejó a ella en tierra por la
inoperatividad de la rampa. Le dijeron que espera al
siguiente. Y luego otro. Así hasta cuatro, y se llegó a
sugerir a las adolescentes que la acompañaban que cargaran
con la pesada silla eléctrica sobre los brazos y la
subieran. Imposible.
Así las cosas, hubo que acercarle un paraguas a la joven con
discapacidad para que no se mojara y tuvo que ser acompañada
por su amigas para hacer el camino hasta el centro sobre sus
propias ruedas.
La madre no se quedó quieta y fue, por segunda vez, a
presentar una queja ante la compañía concesionaria del
servicio, Hadú-Almadraba. “Pedí que la recogieran en taxi
cuando tuviera que volver del centro hasta casa”, explicó la
madre de la afectada.
En vez de un taxi, la empresa envío a la parada del autobús
varias personas que hubieron de subir y bajar a pulso la
silla de ruedas con la joven, tanto en una parada como en
otra.
M. A. asegura que su hija ya vivió una situación parecida en
Puertas del Campo y que en Benzú ni siquiera entra por la
puerta la silla manual, más estrecha y menos pesada.
El caso de esta joven vuelve a reavivar el debate de las
barreras arquitectónicas que tienen que sortear las personas
con movilidad reducida en la ciudad. El asunto resulta
llamativo toda vez que la compañía concesionaria de los
autobuses acaba de renovar su flota con varios vehículos
adaptados. Aunque sus representantes han admitido en
anteriores ocasiones que aún faltan líneas por cubrir con
este tipo de prestaciones.
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