El ataque desde cierto medio de comunicación al Jefe de la
Policía Nacional en Ceuta, José Juis Torres, es de tal
calibre que el propio delegado del Gobierno José Fernández
Chacón, debería actuar de inmediato dentro de sus
competencias constitucionales y otorgar al Comisario Jefe el
mismo amparo que los jueces y magistrados piden para si
mismos en parecidas circunstancias mediáticas.
Hablando de jueces y magistrados, quizás pueda ser que
alguien de pluma amarillista se acostumbre a que miembros
del Cuerpo Nacional de Policía vayan desfilando como
imputados por la Audiencia de turno y, de esta manera, poder
ir descubriendo a la Sala juzgadora las fuentes de
información de otros periodistas que escapan del amarillismo
como de la peste por respeto a sus lectores.
Hay quien reniega de que Ceuta se vaya normalizando
socialmente aunque sea despacio. Hay quien desearía que los
turistas corriesen despavoridos por sus barrios y zonas de
copas para a continuación escribir y engañar a todo lo que
le rodea con su pluma contaminante. Engañar dentro y engañar
fuera. Estamos pasando por reuniones de Seguridad en las más
altas instancias que harían palidecer de pavor a los
ciudadanos de cualquier ciudad española que no sea esta.
Gente que porta armas en lugares de copas a los que acuden
los jóvenes ceutíes, empresarios que van a echar el cierre a
sus negocios...
El propio presidente de la Ciudad, Juan Vivas Lara, es
testigo diario de todo esto y quizás en la Feria
Internacional de Turismo, FITUR, tenga próximamente la
oportunidad de pedir ayuda y exponer que Ceuta tiene
indicios, al menos, sobre el papel, de que vuelve a ser la
“pequeña Sicilia” de la que se la tildaba antaño, pero
cuando eso pase y como en la fábula de Pedro y el lobo,
igual tiene a la policía encarcelada de manera preventiva...
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