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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 6 DE ENERO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Las cantadas de Casillas en Pamplona
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Tener un amigo periodista nunca está de más. Contar con el favor de toda la prensa es, sin duda, la solución para pasar por estrella en cualquier actividad aunque uno sea una medianía. La consecución de lo primero es fácil. Para acceder a lo segundo, sin embargo, se necesitan unas relaciones públicas que funcionen de manera tan extraordinaria como para concitar todas las opiniones favorables hacia la persona representada. De modo que hay que destacar la enorme labor que viene desempeñando el representante artístico de Iker Casillas.

Decía, no ha mucho, el portero del Arsenal, español por los cuatro costados, que si a él le realzaran sus cualidades y le minimizaran sus defectos, sería tenido por el mejor portero del mundo. Pero Manuel Almunia carece de ese encanto que hace posible venderles a las señoras que es el mejor yerno que pudieran tener.

Casillas demostró en el campo de Osasuna, una vez más, que sus cantadas no cesan y que, como dice David Gistau en el ‘Diario El Mundo’, obliga a preguntarse si está para que se le encomiende el Mundial. Gistau, a quien Francisco Umbral le dio la alternativa como escritor de periódicos, ha tardado mucho en darse cuenta de que el portero del Madrid es un protegido de los medios y que se ha estancado hasta el punto de que sus actuaciones terminarán por causarle daños irreparables a su equipo.

Pero dejaré a Casillas, de quien opiné nada más verle, y ya ha llovido, que estábamos ante un bluf, para pronunciarme, tal y como lo hice el verano pasado, sobre Xabi Alonso. Otro futbolista a quien se le perdonan todos los desaciertos y, en cambio, le son ensalzados los tres o cuatro cambios de orientación que hace durante noventa minutos. Poco bagaje para que se le trate como si hubiera inventado el fútbol.

Xabi Alonso, fíjense detenidamente en él, sólo ocupa una franja de terreno comprendida entre treinta o cuarenta metros y casi nunca se desvía de la línea perpendicular. Así que es incapaz de ir a los lados con el fin de ayudar a los compañeros. Y, lo que es peor aún, suele desfondarse en cada partido durante el tramo final. Aunque lo más grave, y así lo escribí hace ya su tiempo, es que está propiciando que Lass se vea destinado a cumplir una misión que le impide mostrarse en todo su esplendor.

Es inadmisible que Pellegrini le haya encomendado situarse en un corto espacio de campo con el fin de que se vea obligado a ser más bien escudero de Sergio Ramos que otra cosa. Misión errónea. Con la que está consiguiendo que el jugador francés, tan hecho para cubrir grandes espacios, esté encajonado y frustrado y no podamos verle en esa plenitud arrolladora, que causaba admiración entre propios y extraños.

Parece mentira que el entrenador chileno se obstine en cometer semejante despropósito táctico. Con lo fácil que sería que Lass jugara por delante de la defensa y Alonso más avanzado. Mas nunca al revés. Y otro error de bulto es seguir con Arbeloa como lateral zurdo. Pues ni siquiera el buen oficio y la entrega del futbolista hacen posible que su rendimiento no se vea mermado por tener la pierna izquierda sólo para sostenerse. La distribución racional de los jugadores es inexistente en el Madrid. Lo cual no deja de ser una fuerte rémora para el buen funcionamiento de un equipo donde imperan otros desaciertos.
 

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