Con fecha 14-4-2009 me publicaron
en páginas de este diario, mi llamado “DECÁLOGO PARA MEJORAR
NUESTRO SISTEMA EDUCATIVO”, con la intención de aproximarme
a sus posibles soluciones, sin pretender repetir en esta
ocasión, el desarrollo de los puntos de mi Decálogo; estos
fueron los siguientes: 1) Demasiadas leyes; 2) Inversión en
enseñanza; 3) Potenciación de la Educación Infantil, 4)
Dignificación de la Enseñanza Pública; 5) Abandono escolar
prematuro; 6) Mejorar nuestro Sistema Educativo, 7) Aulas
separadas; 8) Lenguaje y Matemáticas; 9) Pérdida de la
autoridad de profesor, y 10) La polémica EpC. Pretendía con
ello una modesta aportación a los muchos problemas de
nuestro Sistema.
Seis meses después, 6-10-2009, con el título de “El
optimismo del Sr. Ministro”, en página de este mismo diario,
recogí la oferta, llamamiento, a toda la sociedad, para un
Pacto sobre Educación. A su convocatoria acudieron un
nutrido número de personalidades vinculado a distintos
campos, rectores, profesores, banqueros, ex-ministros,
filósofos,…
Al cumplirse el plazo propuesto por el titular de Educación
–hasta finales de año- ya se conocen las propuestas de los
dos partidos mayoritarios, pero ya, en aquellos momentos el
Sr. Ministro se mostraba optimista con respecto al posible
acuerdo entre los dos citados partidos. Mostré las dudas
sobre esa posibilidad de llegar a un acuerdo entre todos los
sectores implicados en nuestra sociedad, en el tema de la
educación. En suma me invadió cierto escepticismo.
Los dos grandes partidos ven “viable” un acuerdo que
apuntale el deber conocer el castellano. En declaraciones
del Sr. Ministro “hemos constatado que el Pacto tiene
viabilidad y nuestra intención es continuar trabajando para
alcanzar acuerdos con visión de Estado”. El acuerdo
perseguirá “por un lado, mejorar el sistema educativo y, por
otro, la búsqueda de ámbitos compartidos de actuación que
garantice el equilibrio de estabilidad, la cooperación y la
coherencia del sistema a través de un marco común”. ¡Y ya
existen puntos de aproximación!: “Estabilidad normativa,
acuerdo de financiación y pacto por los educadores y la
Comunidad Educativa”.
¿Y sobre la política lingüística? El Sr. Ministro dice que
ya se hablará de ella con “toda naturalidad y con mucho
gusto”. Y advirtió: “El conocimiento del castellano está
garantizado (¿) por la Constitución, que “vela” por la
obligación de conocer el castellano y el derecho a
utilizarlo”.
El PP pone la enseñanza del castellano como elemento básico
del Pacto Educativo, previa concordancia sobre el
diagnóstico de la situación educativa en España. Pero,
conviene tener presente que, el diagnóstico que exige el PP
para seguir adelante con el ansiado pacto, incluye varios
aspectos. En principio, este acuerdo debe asentarse sobre la
vertebración del sistema, con programas comunes y garantías
para la enseñanza del castellano; en la claridad para acabar
con el fracaso escolar; en la cultura del esfuerzo y en el
reconocimiento de la autoridad del Profesor, en suma su LOCE,
defenestrada por el PSOE cuando llegó al poder, e impuso la
suya, la LOE, un engendro de la LOGSE.
El hipotético pacto debe partir del hecho de que desde 1990,
año en que se aprobó la extinta LOGSE, “en España se ha
implantado un modelo educativo que, con leves retoques,
viene funcionando ya casi veinte años”, por lo que se estima
que, la inestabilidad del sistema educativo como la causa de
todos los males.
En el supuesto que ambos partidos lleguen a un acuerdo, ¿lo
aceptarán el resto de las fuerzas políticas? Me temo que
estando el castellano por medio, algunas de las comunidades,
en particular, aquellas con lengua propia, antepondrán sus
intereses particulares a los generales. Pensemos que el
hecho está ocurriendo, por lo que lo pactado ente el PSOE y
PP, caerá en saco roto, y no olvidemos que el partido en la
oposición anteponen el derecho a incluir el castellano, como
primer punto importante, lo que parece que el sólo hecho de
que esto sea así, resulta hasta paradójico, que se ponga en
cuestión nuestro idioma oficial. ¿Qué pensaríamos si esta
misma situación se produjera, pongamos por ejemplo, en
Francia u otro país?. Pienso que en este tema nos quedamos
solos.
Por todo ello, sigo adoptando la misma postura que hace unos
meses: si hay Pacto Educativo, no servirá para nada, nacerá
una nueva Ley y van… que la impondrá el partido que
gobierne, porque la sacarán adelante, pero sin consenso
general.
Y digo yo, ¿No habrá elegido el Sr. Ministro estas fechas
donde “todo el mundo es bueno”, para dar como cosa hecha el
Pacto. Porque, a mí en particular, que los dos partidos de
ideologías distintas, que durante una legislatura y lo que
va de otra, no se hayan nunca puesto de acuerdo, que venga a
hora a decirnos que es “viable” el Pacto Educativo, creo que
tanto el Sr. Ministro como la Secretaria General del PP, se
han llenado del “espíritu de la Navidad”, para que vean la
posibilidad del Pacto como algo asumible. Todo esto huele a
pacto frustrado.
Y, al cierre de estas líneas, recuerdo lo que está todavía
por llegar; cuando se implante en todos nuestros centros la
asignatura de “Educación sexual y reproductiva” que al
parecer será impartida por profesionales de la salud, ajenos
al centro escolar. Dicha asignatura surge, al parecer, al
probarse la nueva Ley de Aborto. Y no han faltado críticas,
ya que, según el Foro Español de la Familia lo que se busca
es “imponer una ideología particular que pretende imponerse
a todo la sociedad española, olvidando el pluralismo
ideológico y religioso existente en nuestra sociedad.
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