Como las tradiciones que tenga
otros países que no sea España, me traen sin cuidado, no
hace falta decir que Papá Noel, Santa Claus o como quiera
que se llame, ese personaje que viene sobre un trineo tirado
por renos, y que se introduce por la chimenea de las
viviendas para depositar juguetes a los niños, me la traen
al fresco del poniente.
Cada país debe mantener sus tradiciones, nunca se deben
dejar que las tradiciones de otros países vayan, poco a
poco, postergando las nuestras hasta hacerlas desaparecer,
imponiendo la suyas.
Dejar que esas tradiciones ajenas a nosotros, se vayan
imponiendo es un signo de debilidad y una perdida
irreparable de nuestra propia identidad
La llegada de Papá Noel o Santa Claus, o como quiera que se
llame el personaje, es sólo un estudio de las
multinacionales jugueteras que vieron, en esa llegada, un
gran negocio para sus ventas. El dinero no tiene más amor
que el propio dinero.
Basándose en que los niños españoles, cuando se celebran los
Reyes Magos, tienen pocos días para disfrutar de sus
juguetes, porque han de volver a clase vieron, con claridad,
el camino a seguir haciendo hincapié, constantemente, en esa
fata de días para disfrutar de los regalos de los Reyes
Magos e idearon regalarles en Navidad, con la llegada del
personaje del trineo tirado por renos.
Cierto es, todo hay que decirlo, que los chavales tienen
pocas fechas, por la vuelta al colegio, de disfrutar de sus
juguete, pero después vendrán los sábados y los domingos,
donde podrán disfrutar lo que les venga en ganas.
Además, qué necesidad hay de regarles cosas a los chavales
por Navidad cuando, hoy día, se les regala por su santo, su
cumpleaños, por aprobar, por ponerse bueno de un resfriado o
porque en la mañana de ayer el niño se ha tomado un par de
galletas con el desayuno.
O sea que esos regalos de navidad que les trae el personaje
del trineo tirado por renos, se pueden dejar para el día de
Reyes, fiesta tradicional española.
De todas formas les estamos regalando cosas casi todos los
días, qué trabajo nos cuesta devolverles la ilusión de la
festividad de los Magos de Oriente y, de esa forma
protegemos una de nuestras más antiguas tradiciones, a
través de la cual, seguimos manteniendo nuestra propia
identidad.
No es que sea más español que nadie, pero siempre he luchado
por mantener nuestras tradiciones porque, entre otras cosas,
no quiero perder mi identidad de ser español, dejándome
arrastrar por las modas llegadas desde otros países que
intentan, en muchos casos, hasta imponer sus leyes obviando
las leyes españoles. Pero de esto hablaremos otro día.
A pesar del paso de los años sigue, dentro de mí, la misma
ilusión que tenia cuando era niño con allegada de los Reyes
Magos a pesar de que, en muchas ocasiones, los Magos de
Oriente, pasasen de largo por no haber puesto, en la carta,
bien la dirección de mi domicilio.
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